1. Introducción
⌅Según
el primer libro de los Macabeos, los líderes de la revuelta contra la
helenización enviaron sucesivamente distintas embajadas a Roma para
asegurar la alianza de la República durante su lucha contra el reino
seléucida. El primer contacto tuvo lugar en tiempos de Judas (1Mac 8),
poco después de la muerte de Nicanor en Adasa (161 a. C.), y fue
protagonizado por Eupólemo, hijo de aquel Juan que años atrás había
apoyado la reforma helenística (2Mac 4:11), y por Jasón, hijo de Eleazar
(1Mac 8:17-18). También el primer sumo sacerdote asmoneo, Jonatán (1Mac
12:1-23), renovó la alianza, misión que encomendó a Numenio, hijo de
Antíoco, y a Antípatro, hijo de Jasón, quienes encabezaron una nueva
embajada en tiempos de Simón (1Mac 15:15-24). Tras cumplir las órdenes
del sumo sacerdote, Numenio y Antípatro trajeron consigo la copia de un
edicto emitido por el ὕπατος Lucio
1
Lucio Cecilio Metelo Calvo, cónsul del 142 a. C., o Lucio Calpurnio Pisón, del 139 a .C. Cf. Schürer 1985a, 261-263. Según algunas teorías (Sievers 1990, 117), este Lucio podría basarse en el Lucio Valerio de un senatus consultum de Hircano II (Joseph. AJ XIV 8, 5 [145-148]).
a los distintos estados de Oriente (1Mac 15:22-23) en los que, según numerosos autores (Ameling 2004, 30-31Ameling, Walter. 2004. Inscriptiones Judaicae Orientis II Kleinasien. Tübingen: Mohr Siebeck.
; Santos 2010, 9-10Santos, Narry F. 2010. «Diaspora in the New Testament and its Impact on Christian Mission». Torch Trinity Journal 13, 1: 3-18.
; Tcherikover 1959, 288Tcherikover, Victor. 1959. Hellenistic Civilization and the Jews. Philadelphia, Jerusalem: The Jewish Publication Society of America, The Magnes Press, The Hebrew University.
), había una significativa presencia judía (Abel 1949, 268-269Abel, Félix-Marie. 1949. Les livres des Maccabées. Paris: Cabalda.
):
15:22 καὶ ταὐτὰ ἔγραψεν Δημητρίῳ τῷ βασιλεῖ καὶ Ἀττάλῳ καὶ Ἀριαράθῃ καὶ Ἀρσάκῃ 23 καὶ εἰς πάσας τὰς χώρας καὶ Σαμψάμῃ καὶ Σπαρτιάταις καὶ εἰς Δῆλον καὶ εἰς Μύνδον καὶ εἰς Σικυῶνα καὶ εἰς τὴν Καρίαν καὶ εἰς Σάμον καὶ εἰς τὴν Παμφυλίαν καὶ εἰς Λυκίαν καὶ εἰς Ἁλικαρνασσὸν καὶ εἰς Ῥόδον καὶ εἰς Φασηλίδα καὶ εἰς Κῶ καὶ εἰς Σίδην καὶ εἰς Ἄραδον καὶ Γόρτυναν καὶ Κνίδον καὶ Κύπρον καὶ Κυρήνην
El tratado, sin embargo,
plantea toda una serie de dificultades, ya que, junto a la ausencia de
orden geográfico, se puede notar la confusión de algunas ciudades
(Sámpsamo-Lámpsaco-Amisus), la repetición de otros enclaves contenidos
en regiones igualmente mencionadas (Side en Panfilia, Fasélide en Licia o
Halicarnaso en Caria), la inclusión de regiones dependientes de Egipto
(Chipre y Cirenaica), su posible relación con la lucha contra la
piratería (Wirgin 1974Wirgin, Wolf. 1974. «Simon Maccabaeus’ Embassy to Rome - its Purpose and Outcome». Palestine Exploration Quarterly 106, 1: 141-146. https://doi.org/10.1179/peq.1974.106.2.141.
) o su problemática localización en el texto (Schwartz 1993Schwartz, Daniel R. 1993 «Scipio’s Embassy and Simon’s Ambassadors (I Maccabees 15)». Scripta Classica Israelica 12: 114-126.
).
Sin embargo, en las siguientes páginas no se atenderá a estas
cuestiones, sino a aquellas pruebas literarias y arqueológicas que nos
ayuden a confirmar la presencia de población judía en torno al 140 a. C.
en todas las ciudades, regiones y Estados mencionados. El objetivo, por
lo tanto, es comprobar qué pruebas nos permiten dibujar el mapa de la
Diáspora judía en tiempos de Simón, y en qué zonas tenemos testimonio
anterior, contemporáneo y posterior a la del segundo sumo sacerdote
asmoneo
2
Para
reconstruir este mapa, el historiador dispone de toda una serie de
fuentes literarias y arqueológicas que abarcan un amplio arco temporal
(desde inicios del mundo helenístico hasta la Antigüedad tardía). Para
comenzar, entre las primeras sobresalen tres conjuntos de obras: el
Antiguo Testamento (principalmente 1Macabeos, aunque 2Macabeos, Daniel y
los libros proféticos complementan la información relativa a los
orígenes de la Diáspora). El primer libro de los Macabeos es, ante todo,
una obra propagandística asmonea, que otorga un gran protagonismo a
Simón aun incluso bajo el liderazgo de sus hermanos (1Mac 5:21-23;
9:65-68; 10:74-76; 11:65-66; 12:33-38) y que se interesa por establecer
continuas alusiones a los libros históricos y proféticos del Antiguo
Testamento. Su anónimo autor se muestra como un amplio conocedor de la
topografía palestina, que pudo vivir en época de la revuelta macabea o
poco después, ya que la buena consideración que se tiene sobre Roma
(1Mac 8) impide situar su redacción en torno al 63 a. C. El autor, que
utilizó la era seléucida, consultó en numerosas ocasiones los documentos
de los archivos oficiales, entre los que se encuentran el texto
estudiado. Uriel Rappaport (1995, 281-283) resume la división de la academia al tratar el propósito de este
pasaje: para unos, se trata del itinerario de la delegación judía (que
habría sido caótico al pasar del mundo egeo a Partia y Cirene); para Jörg-Dieter Gauger (1977, 297-310),
es una invención que trata de mostrar de forma propagandística la
protección de Roma hacia Judea a través de su esfera de influencia (si
bien Partia nunca fue aliada de la ciudad latina y Massalia no se
menciona en la lista, a diferencia de ciudades ya conquistadas, como
Esparta); y otros, finalmente, ven en el pasaje un mapa de la Diáspora.
Por ello, aun tomando como punto de partida la información aportada por Joseph Sievers (1990, 116-119),
que niega la historicidad del documento, el texto parece tener sentido
como un mapa de la Diáspora, de manera que, aun siendo posiblemente una
invención propagandística, tenía un fuerte sentido legitimador para
Simón, quien habría presentado ante la población un supuesto documento
que garantizaba su autoridad sobre todos los judíos. A continuación, el
principal autor utilizado para confirmar la extensión de las comunidades
judías es Flavio Josefo, quien ofrece abundante información en sus
Antigüedades judías y la Guerra de los judíos, donde aprovecha distintos
excursos para describir la expansión de su pueblo (por ejemplo, Joseph.
AJ xiv 7, 2 [110-118]),
ya que uno de sus objetivos es convencer de las bondades del dominio
romano e impedir nuevas revueltas. Por su parte, Filón de Alejandría
presenta menor interés, aunque a través de la carta de Agripa I, enumera
las regiones habitadas por judíos (Philo, Leg. 281-282). Dentro del
Nuevo Testamento, el libro de los Hechos es el más importante para
reconstruir el mapa de la Diáspora en el siglo I, ya que, pese a sus
problemas literarios (las secciones yo-nosotros o las contradicciones
con Gálatas) e históricos (dificultades para armonizar su información
con Lucas), ofrece abundante información sobre las comunidades judías
durante el nacimiento del cristianismo. Por otro lado, las fuentes
arqueológicas que nos permiten confirmar la presencia judía consisten en
los marcadores étnicos representados por las sinagogas, las lámparas de
aceite con imágenes de menorot y, especialmente, los epígrafes con
onomástica, simbología o lengua hebrea. Si bien distintos autores han
clasificado las monedas asmoneas (por ejemplo, Yaʿakov Meshorer y David
Hendin), el material numismático debe consultarse mediante las
publicaciones de los yacimientos arqueológicos; en las notas a pie de
página se describirán aquellas piezas asmoneas y herodianas que
contribuyan a completar el mapa. Existen, asimismo, numerosos corpora
(cf. Schürer 1985a, 34-38)
que recopilan el legado epigráfico en la Diáspora, comenzando con el
Corpus Inscriptionum Judaicarum (CIJ) de Jean Baptiste Frey, cuya obra
ha sido corregida y complementada por otros autores. Actualmente,
también contamos con Inscripciones Judaicae Orientis (IJO), una
colección de David Noy, Alexander Panayotov, Hanswulf Bloedhorn y Walter
Ameling que compendia en tres volúmenes las inscripciones de Europa,
Asia Menor y la región de Siria y Chipre. Asimismo, Jewish Inscriptions
of Western Europe (JIWE), del mencionado Noy, estudia el legado
epigráfico en Italia, la Galia e Hispania, mientras que el reciente
Corpus Inscriptionum Judaicarum Graeciae (CIJG), de Zanet Battinou,
analiza la epigrafía judía de Grecia y del Egeo hasta la conquista
otomana. Para Egipto y Cirenaica, son indispensables Jewish Inscriptions
of Graeco-Roman Egypt (JIGRE), de William Horbury y Noy; y el Corpus
jüdischer Zeugnisse aus der Cyrenaika (CJZC), de Gert Lüderitz. Para los
papiros, interesa la consulta de los volúmenes I y IV del Corpus
Papyrorum Judaicarum (CPJ), centrados en la época tolemaica. Por otro
lado, en el Corpus Inscriptionum Iudaeae/Palaestinae (CIIP), que estudia
todas las inscripciones de Galilea, Samaria, Judea e Idumea desde el
helenismo hasta el islam, se recogen epitafios que atestiguan la llegada
a Palestina de judíos procedentes de la Diáspora. En las notas se
reproducirá el texto griego de las principales inscripciones de época
asmonea, con indicación de la bibliografía para facilitar la consulta de
traducciones y comentarios sobre las mismas.
.
2. Las grandes potencias helenísticas
⌅La
lista comienza con cuatro grandes Estados helenísticos, el primero de
los cuales es el reino seléucida de Siria, que, a pesar de la afirmación
del texto, no estaba gobernada por Demetrio II Nicátor (145-138 /
129-126 a. C.), ya que este había sido hecho prisionero por los partos
(1Mac 14:1-3; App. Syr. 67; Just. xxxvi 1) y sustituido por su hijo Antíoco VII Eusebes (138-129 a. C.; cf. Goldstein 1976, 498Goldstein, Jonathan A. 1976. I Maccabees. New York: Doubleday & Company.
). Aunque no se mencionan ciudades concretas en el documento, parece que el principal núcleo judaico se concentraba en Antioquía
3
La
bibliografía de la historia de los judíos en la ciudad es amplia,
aunque a continuación se recoge una selección de las principales obras: Barclay 1998, 242-258; Binder 1999, 263-266; Downey 1961, 107-111; Kraeling 1932; Meeks y Wilken 1978, 2-13; Paul 1982, 140-141; Smallwood 2008, 187-190; Stern 1974, 137-142; Tcherikover 1959, 289.
, donde existía un politeuma desde tiempos de Seleuco I (Joseph. Ap. ii 4 [39]). Sin embargo, cuando el sumo sacerdote Onías III se refugió en
Siria, lo hizo en el templo de Apolo en Dafne (2Mac 4:33), y durante el
saqueo perpetrado por las tropas de Jonatán (1Mac 11:41-51) no se nos
habla de la población judía local. Sin embargo, la tradición
judeocristiana asegura que la madre y sus siete hijos (2Mac 7)
perseguidos por Antíoco IV habían sido martirizados en Antioquía (para
su culto, cf. Downey 1961, 448-449Downey, Glanville. 1961. A History of Antioch in Syria from Seleucus to the Arab Conquest. Princeton: Princeton University Press.
),
y en esta ciudad se conservaban sus supuestos restos hasta su traslado a
San Pietro in Vincoli, en Roma. La ciudad podría haber poseído una
comunidad consolidada entre los siglos i a. C. y i d. C. (Hch 11:19-26; 13: 1; Joseph. BJ vii 3, 2-3 [41-53]), cuando vivieron el rico Asabinos (Juan Malalas, Crónica x,
290) o Nicolás el prosélito (Hch 6:5); las decenas de monedas judías
descubiertas en la ciudad corroboran, asimismo, esta presencia (Seyrig 1958, 181Seyrig, Henri. 1958. «Monnaies grecques des fouilles de Doura et d'Antioche». Revue Numismatique 6e série, 1, 171-181.
)4
El
artículo incluye una lista de piezas, de las cuales sesenta y nueve
(asmoneas, herodianas y de los procuradores) son judías, sin una
clasificación concreta de las mismas.
. La comunidad seguramente se benefició del patronato ejercido por Herodes I (Joseph. AJ xvi 5, 3 [148]; BJ i 21, 11 [425]), aumentó con la llegada del babilonio Zámaris (Joseph. AJ xvii 2, 1 [23-25]) y peligró por los disturbios causados por un tal Antíoco (Joseph. BJ vii 3, 2-4 [41-62]). La evidencia material, por otro lado, nos permite
confirmar la presencia judía del siglo I en adelante, a partir de tres
epitafios, de Rasha Mesia (CIJ 1415 = IJO Syr78), de José (CIJ 1416 =
IJO Syr79) y el tercero, en griego, de Seleuco, Jamia y Samuel (CIJ
1417-1418 = IJO Syr80). Asimismo, es posible que hubiese comunidades en
Apamea desde época de Seleuco I según Josefo (Joseph. AJ xii 3, 1 [119]; para los judíos de la ciudad, cf. Trebilco 1991, 85-103Trebilco, Paul. 1991. Jewish Communities in Asia Minor. Cambridge / New York / Port Chester / Melbourne / Sydney: Cambridge University Press.
); en Dura Europos desde finales del siglo ii a. C. por el hallazgo de decenas monedas (Seyrig 1958, 176Seyrig, Henri. 1958. «Monnaies grecques des fouilles de Doura et d'Antioche». Revue Numismatique 6e série, 1, 171-181.
; Adler 2022, 205-215Adler, Yonatan. 2022. «The Jewish Coins at Dura-Europos». Journal of Ancient Judaism 13: 202-223. https://doi.org/10.30965/21967954-bja10015.
)5
El
primer artículo enumera dos piezas de Aristóbulo, una de Alejandro
Janeo y nueve asmoneas ilegibles. El segundo, más actualizado, presenta
la siguiente lista: Æ prutot. Tres piezas de Juan Hircano I.
Anverso: leyenda paleo-hebrea, rodeada por guirnalda. Reverso: doble
cornucopia, granada en el centro. Æ prutot. Cinco monedas
sacerdotales de Alejandro Janeo. Anverso: leyenda paleo-hebrea, rodeada
por guirnalda. Reverso: doble cornucopia, granada en el centro. Otras
cinco piezas reales del mismo monarca. Anverso: ancla rodeada por la
leyenda BAΣIΛEΩΣ AΛEΞANΔΡOY (del rey Alejandro). Reverso: estrella de
ocho puntas; leyenda paleo-hebrea incompleta. Asimismo, se conserva una
imitación de Alejandro Janeo. Anverso: ancla. Reverso: estrella de ocho
puntas; leyenda paleo-hebrea. Æ prutot. Veintidós monedas
asmoneas ilegibles, que podrían ser adscritas a las series sacerdotales
de Juan Hircano I o de Alejandro Janeo. Anverso: leyenda paleo-hebrea
ilegible en guirnalda. Reverso: doble cornucopia, granada en el centro. Æ prutot. Dos piezas de Herodes Arquelao. 1) Anverso: racimo de
uvas; HΡΩDOΥ. Reverso: casco con doble cresta; EΘN. 2) Anverso: ancla;
leyenda HΡΩDOΥ. Reverso: leyenda EΘN en guirnalda. Æ prutot. Cinco monedas de Herodes Agripa I. Anverso: conopeo; leyenda AΓPIΠA BACIΛEΩC. Reverso: tres espigas de trigo.
y en Damasco desde el siglo i d. C. (Hch 9: 1-2.19-22; Joseph. BJ vii 8, 7 [368]; para los judíos damascenos, cf. Binder 1999, 266-268Binder, Donald D. 1999. Into the Temple Courts. The place of the Synagogues in the Second Temple Period. Atlanta: Society of Biblical Literature.
; Hachlili 1998, 4-5Hachlili, Rachel. 1998. Ancient Jewish Art and Archaeology in the Diaspora. Leiden / Boston / Köln: Brill.
; Runesson, Binder y Olsson 2008, 246-247Runesson, Anders, Donald B. Binder y Birger Olsson. 2008. The Ancient Synagogue from its origins to 200 C.E. Leiden, Boston: Brill.
; Tcherikover 1959, 289-290Tcherikover, Victor. 1959. Hellenistic Civilization and the Jews. Philadelphia, Jerusalem: The Jewish Publication Society of America, The Magnes Press, The Hebrew University.
).
Sin embargo, el testimonio arqueológico, representado por el osario
jerosolimitano de Aristón de Apamea (CIIP 304 = IJO Syr72) y por las
sinagogas de Apamea y de Dura Europos, es tardío6
Se trata de edificios ampliamente estudiados, de ahí la abundante bibliografía existente: para la primera sinagoga, cf. Foerster 1982, 164-165; Hachlili 1998, 32-34, 198-204, 402; Rutgers 1996, 72; para la segunda, cf. Hachlili 1998, 39-45, 96-197, 403-407; Meyers 1996, 11-12; Meyers y Kraabel 1986, 184, 190-191; Rutgers 1996, 73, 79-80; Runesson, Binder y Olsson 2008, 243-347; Sukenik 1934, 82-85; White 1990, 74-77.
.
El
segundo soberano mencionado es Atalo II (159-138 a. C.) de Pérgamo,
quien gobernaba gran parte de Asia Menor gracias a la política dinástica
que había permitido obtener grandes recompensas territoriales tras la
paz de Apamea (188 a. C.). Algunas de las comunidades judías más
importantes de Asia Menor se encontraban precisamente en regiones
dominadas por la dinastía atálida, como la propia Pérgamo en Misia;
Mileto, Éfeso, Priene y Esmirna en Jonia; Antioquía de Pisidia en Frigia
y, finalmente, Sardes en Lidia. Muchas de ellas podrían tener su origen
en tiempos de la monarquía dividida, ya que los profetas hablan en
ocasiones de Jonia o Yaván (יוון, Ez 27:13; Za 9:13), Frigia o Mésec
(משך, Is 66:18; Ez 38:2-3; 39:1) y Lidia o Lud (לוד, Is 66:19; Ez 27:10;
30:5). Por lo tanto, a inicios de la época helenística ya debían de
existir comunidades asentadas en Anatolia, a juzgar por una noticia de
Josefo en la que afirma que tanto Seleuco I (Joseph. AJ xii 3, 1 [119]) como Antíoco II (Joseph. AJ xii 3, 1 [125]) otorgaron privilegios a los colonos militares judíos de
Asia. Comenzando con la ciudad de Pérgamo, poseemos noticias de una
comunidad allí asentada (para los judíos pergamenos, cf. Ameling 2004, 305-307Ameling, Walter. 2004. Inscriptiones Judaicae Orientis II Kleinasien. Tübingen: Mohr Siebeck.
; Paul 1982, 132Paul, André. 1982. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Cristiandad.
; Stern 1974, 152-153Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
)
al menos desde la época de Simón y de su hijo Juan Hircano I, cuando
Roma emitió un decreto que Josefo atribuyó erróneamente a Hircano II, ya
que la mención de «Antíoco, hijo de Antíoco», nos remite a Antíoco IX,
hijo de Antíoco VII (Joseph. AJ 10, 22 [247-255]); el texto, además, retrotrae las relaciones judeo-pergamenas hasta tiempos de Abraham (para esta leyenda, cf. Schürer 1985a, 272-273Schürer, Emil. 1985a-b. Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús vol. I. Fuentes y marco histórico; vol. II Instituciones políticas y religiosas. Madrid: Cristiandad.
; Trebilco 1991, 7-8Trebilco, Paul. 1991. Jewish Communities in Asia Minor. Cambridge / New York / Port Chester / Melbourne / Sydney: Cambridge University Press.
),
lo cual podría ser una estrategia para fomentar las relaciones
económicas. Cicerón nos informa, además, del robo de parte del impuesto
del Templo por parte del pretor Lucio Valerio Flaco en el 63 a. C. (Cic. Flacc. 67-68), y Josefo menciona que la ciudad fue favorecida por Herodes I (Joseph. BJ i 21, 11 [425]). Sin embargo, no tenemos testimonio arqueológico de esta presencia hasta el siglo iii (SEG xvi 741; Lifshitz 1967, 20-21Lifshitz, Baruch. 1967. Donateurs
et fondateurs dans les synagogues juives : répertoire des dédicaces
grecques relatives à la construction et à la réfection des synagogues. Paris: J. Gabalda.
).
Distinta
situación es la que presenta Éfeso, que debía de contar con una
comunidad judía al menos desde la época de Hircano II y de Antípatro,
quienes consiguieron de Julio César la promulgación de varios documentos
que garantizaban la protección de sus compañeros (Joseph. AJ xiv 10, 11-13 [223-230]; 10, 16 [234]; 10, 19 [239-240]; 10, 25 [262-264]),
como también haría más adelante Marco Vipsanio Agripa para los judíos
de Jonia en general (Joseph. AJ xvi 2, 3-5 [27-65]) y de Éfeso en particular (Joseph. AJ xvi 6, 4 [167-168]). Gracias al Nuevo Testamento conocemos la existencia de
algunos judíos efesios entre la comunidad cristiana (Hch 19; Ef 1-6;
para los judíos efesios, cf. Binder 1999, 279-282Binder, Donald D. 1999. Into the Temple Courts. The place of the Synagogues in the Second Temple Period. Atlanta: Society of Biblical Literature.
; Paul 1982, 132-133Paul, André. 1982. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Cristiandad.
).
Asimismo, se han descubierto numerosos restos arqueológicos de la
presencia judía en época imperial, tales como lámparas, vidrio, el
grafito de una menorá en la biblioteca de Celso (Ameling 2004, 147-162Ameling, Walter. 2004. Inscriptiones Judaicae Orientis II Kleinasien. Tübingen: Mohr Siebeck.
; Goodenough 1989, 102-103, 108Goodenough, Erwin Ramsdell. 1989. Jewish Symbols in the Greco-Roman Period 2. The Archaeological Evidence from the Diaspora. Princeton: Princeton University Press.
)
y distintas inscripciones (Ephesos 679 = IJO Asia 30; Ephesos 682 = IJO
Asia 31; Ephesos 2371 = IJO Asia 32; Ephesos 2493 = IJO Asia 33; SE
2663*11 = IJO Asia 34; Ephesos 2917 = IJO Asia 35).
En cuanto a
Mileto, la prueba más antigua de una comunidad judía allí asentada está
constituida por la carta de Publio Servilio Galba (Joseph. AJ xiv 10, 21 [244-246]) que garantizaba el respeto a sus privilegios,
concesiones confirmadas por tres inscripciones que indicaban el asiento
reservado para este grupo en el teatro (Miletos 436 = IJO Asia 37; Milet vi, 2 940, iii, g = IJO Asia 38; Milet vi, 2 940, iii, h = IJO Asia 39; cf. Paul 1982, 133-134Paul, André. 1982. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Cristiandad.
).
Sin embargo, no está del todo clara la identificación de unos restos
arquitectónicos con una sinagoga milesia, aunque sí poseemos testimonio
arqueológico de la presencia judía en otros puntos de Jonia, como
Priene, donde se ha descubierto una sinagoga de los siglos ii-iii
7
Las sinagogas de Asia cuentan con una amplia bibliografía. Para la de Mileto, cf. Foerster 1982, 165; Hachlili 1998, 6-7, 51; Sukenik 1934, 40-42; Trebilco 1991, 56; para la de Priene, cf. Foerster 1982, 165-166; Hachlili 1998, 56-58; Meyers 1996, 11; Meyers y Kraabel 1986, 189; Runesson, Binder y Olsson 2008, 143; Sukenik 1934, 42-43; Trebilco 1991, 55-56; White 1990, 67-69.
;
o Esmirna, donde se han hallado numerosas inscripciones de época
imperial (Smyrna 54 = IJO Asia 40; Smyrna 61 = IJO Asia 41; Smyrna 62 =
IJO Asia 42; Smyrna 816 = IJO Asia 43; Smyrna 563 = IJO Asia 44; Smyrna
316 = IJO Asia 45).
En cuanto a Mileto, la prueba más antigua de
una comunidad judía allí asentada está constituida por la carta de
Publio Servilio Galba (Joseph. AJ xiv 10, 21 [244-246]) que garantizaba el respeto a sus privilegios,
concesiones confirmadas por tres inscripciones que indicaban el asiento
reservado para este grupo en el teatro (Miletos 436 = IJO Asia 37; Milet vi, 2 940, iii, g = IJO Asia 38; Milet vi, 2 940, iii, h = IJO Asia 39; cf. Paul 1982, 133-134Paul, André. 1982. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Cristiandad.
).
Sin embargo, no está del todo clara la identificación de unos restos
arquitectónicos con una sinagoga milesia, aunque sí poseemos testimonio
arqueológico de la presencia judía en otros puntos de Jonia, como
Priene, donde se ha descubierto una sinagoga de los siglos ii-iii
7
Las sinagogas de Asia cuentan con una amplia bibliografía. Para la de Mileto, cf. Foerster 1982, 165; Hachlili 1998, 6-7, 51; Sukenik 1934, 40-42; Trebilco 1991, 56; para la de Priene, cf. Foerster 1982, 165-166; Hachlili 1998, 56-58; Meyers 1996, 11; Meyers y Kraabel 1986, 189; Runesson, Binder y Olsson 2008, 143; Sukenik 1934, 42-43; Trebilco 1991, 55-56; White 1990, 67-69.
;
o Esmirna, donde se han hallado numerosas inscripciones de época
imperial (Smyrna 54 = IJO Asia 40; Smyrna 61 = IJO Asia 41; Smyrna 62 =
IJO Asia 42; Smyrna 816 = IJO Asia 43; Smyrna 563 = IJO Asia 44; Smyrna
316 = IJO Asia 45).
Lidia, por su parte, presenta mayor interés
para reconstruir el mapa de la Diáspora en tiempos de Simón, ya que
Antíoco III había establecido a numerosos judíos en esta zona (Joseph. AJ xii 3, 4 [147]). En esta región se encuentra Sardes, la Sefarad original
(Abd 1:20), que debía de contar con una comunidad desde época
veterotestamentaria a juzgar por el pasaje de Abdías. En el siglo i a. C., esta presencia seguramente se habría consolidado (para los judíos lidios, cf. Stern 1974, 150-151Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
; Trebilco 1991, 37-39Trebilco, Paul. 1991. Jewish Communities in Asia Minor. Cambridge / New York / Port Chester / Melbourne / Sydney: Cambridge University Press.
), ya que la comunidad de Sardes se benefició de los documentos de Julio César (Joseph. AJ xiv 10, 17 [235]); 10, 24 [259-261]) y de Cayo Norbano Flaco (Joseph. AJ xvi 6, 6 [171]), e incluso podría haber servido de base para la constitución de la iglesia local (Ap 3: 1-6). Asimismo, se ha documentado una sinagoga del siglo iii
8
El
edificio ha sido ampliamente estudiado, por lo que se recoge a
continuación una muestra de la principal bibliografía sobre la misma: Hachlili 1998, 58-63; Lifshitz 1967, 24-30; Meyers 1996, 11; Meyers y Kraabel 1986, 184-185, 191-192; Rutgers 1996, 88; Trebilco 1991, 40-43.
y se conservan numerosas inscripciones de época imperial (Sardis 7:1 17
= IJO Asia 53; Sardis 7:1 187 = IJO Asia 54; IJO Asia 55; IJO Asia 56).
Finalmente, tenemos pruebas del poblamiento judío en la Tróade desde,
al menos, la época de Simón, ya que un papiro datado en el 15 de marzo
del 133 a. C. (CPJ 564, l. 12)9
… ὡς̣ δὲ συνήλλαξεν Γαργαρίσσηι, καὶ… Texto y comentario en Hacham e Ilan 2020, 111-114.
menciona a una mujer procedente de Gárgara, en Eolia. Asimismo, sabemos
que había una importante presencia judía en Frigia (para la misma, cf. Stern 1974, 149-150Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
; Trebilco 1991, 5-7Trebilco, Paul. 1991. Jewish Communities in Asia Minor. Cambridge / New York / Port Chester / Melbourne / Sydney: Cambridge University Press.
), donde Seleuco I (Joseph. AJ xii 3, 1 [119]) y Antíoco III (Joseph. AJ xii 3, 4 [147]) habían establecido numerosos colonos judíos. Las
comunidades frigias (Hch 2:10) seguramente se concentraban en Antioquía
de Pisidia, donde existía una sinagoga en el siglo I (Hch 13:13-52), y
en Iconio, que visitaron Pablo y Bernabé (Hch 14:1-7). La presencia
judía se ve confirmada, además, por la anécdota de Rabbi Helbo sobre la
relajación de costumbres frigias (bShab 147b) y por el descubrimiento de
una sinagoga en Acmonia10
También esta estructura cuenta con una amplia bibliografía: Binder 1999, 286-288. Levine 2000, 118-120; Lifshitz 1967, 34-36; Runesson, Binder y Olsson 2008, 134-135; Trebilco 1991, 58-84
.
El siguiente gobernante mencionado en la lista es Ariarates V Eusebio Filopátor (162-131 a. C.) de Capadocia, aunque no tenemos pruebas de una comunidad judía en esta zona durante su reinado. Sí poseemos datos de judíos residentes en la provincia romana durante el siglo i d. C., ya que se mencionan judíos capadocios entre los presentes en Pentecostés (Hch 2:9) y la primera carta atribuida a Pedro los tiene entre los destinatarios (1Pe 1:1), mientras que la literatura rabínica ha preservado el nombre de R. Samuel de Capadocia (bHull 27b; jHull 3:1; jPes 6:5; jYom 6:6) y numerosas anécdotas sobre la región (Ket 13:11; bBer 56b; bKet 10a, 110b; bYev 121a; bShab 134a; jMeg 1:9). Asimismo, la política matrimonial herodiana buscó fomentar las buenas relaciones con Arquelao de Capadocia (36 a. C. ‒ 17 d. C.) mediante el matrimonio de su hija Glafira con Alejandro, heredero de Herodes I (Joseph. AJ xvi 1, 2 [6-11]). Finalmente, aunque se conservan epitafios de judíos como Cirila en Tiana (IK Tyana 77 = IJO Asia 542), Despena (IJO Asia 252), Leoncio (IJO Asia 253), Olimpio (IJO Asia 254) y dos archisynagogoi (IJO Asia 255-256) en Nevsehir, se trata en todos los casos de epígrafes de época tardorromana.
El
último rey incluido en la lista es Arsaces VI Mitrídates I (171-138 a.
C.) de Partia, en cuyos dominios se situaba la comunidad judía de
Babilonia (Paul 1982, 100-103Paul, André. 1982. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Cristiandad.
),
que se remontaba a las tres deportaciones ordenadas por Nabucodonosor
II, a saber: tras la derrota de Joaquín (2Re 24:14-16; Je 52:18-30; 2Cro
36:6-7; Da 1:1), tras la destrucción del Templo (2Re 25:1-21; Je
39:1-10; Joseph. Ap. i 19 [132-133]) y después de los disturbios que provocaron la muerte de
Godolías (2Re 25-26; Je 41:16-43:7). La Biblia, además, registra la vida
de las comunidades a orillas de los ríos de Babilonia (Sal 137), en la
colonia de Tel Aviv (Ez 3:15), y menciona a figuras como el rey Joaquín
(2Re 25:27), Esdras (Esd 7:1-10), Nehemías (Neh 2:1), Mardoqueo y su
sobrina Ester (Est 1:1a-l)
11
La cita del libro de Ester sigue la versión y maquetación de la Biblia de Jerusalén.
;
asimismo, Judas Macabeo menciona la participación de ocho mil soldados
judíos en una batalla contra los gálatas en Babilonia (2Mac 8:20).
Seguramente había también una comunidad en Hircania (Schürer 1985a,
269), región situada al sur del mar Caspio que había sido utilizada por
Artajerjes III Oco para deportar a numerosos judíos, según Orosio (Oros. iii 7, 6-7). La continuidad del poblamiento judío en Mesopotamia está atestiguada, asimismo, por Josefo (Joseph. AJ xviii 9, 1-9 [310-379]; Ap.
I 22 [192]) y por las noticias sobre las relaciones diplomáticas con
Judea en tiempos de Alejandro Janeo (GeRab 91:3; QoRab 7:11; Yalkut Shimoni Torá 148:7) y de Matatías Antígono (Joseph. AJ xiv 13, 3 [330-336]; BJ i 13, 1-2 [248-252]). Por otro lado, algunos rumores decían que el sumo
sacerdote Ananel (37-35/35-30 a. C.) procedía de Babilonia (Joseph. AJ xv 2, 1-4 [11-22]), aunque las tradiciones rabínicas le hacen originario
de Egipto (Par 3:5). Asimismo, del idumeo Antípatro circulaba una
invención propagandística que le atribuía un ilustre origen babilonio
(Joseph. AJ xiv 1, 3 [8-13]; BJ i 6, 2 [123]). Otros judíos de procedencia babilonia (cf. Neusner 1965, 31-41Neusner, Jacob. 1965. A History of the Jews in Babylonia I. The Parthian Period. Leiden: Brill.
; Paul 1982, 120-128, 141-142Paul, André. 1982. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Cristiandad.
; Tcherikover 1959, 290Tcherikover, Victor. 1959. Hellenistic Civilization and the Jews. Philadelphia, Jerusalem: The Jewish Publication Society of America, The Magnes Press, The Hebrew University.
) eran Zámaris (Joseph. AJ xvii 2, 1-3 [23-31]) y el sabio Hilel (Sifre De 357:33; Yalkut Shimoni Torá 965:6). Finalmente, antes del siglo i debían de existir comunidades judías en Susa (Est 1:1; Da 8:2), Nísibe
(Paul 1982, 142-143) y Adiabene, cuya reina Helena (Joseph. AJ xx 2-4 [17-96]; Yom 3:10; Naz 3:6; bSuk 2b-3a; bGit 60a; bYom 37a-b; bNaz
19b-20a) se convirtió a la religión mosaica (para este evento, cf.
Neusner 1965, 58-64; Paul 1982, 128-129). En Nísibe, además, se ha
documentado una moneda de Juan Hircano I o de Aristóbulo I (Seyrig 1955, 94 n.º 16Seyrig, Henri. 1955. «Trésor monétaire de Nisibis». Revue Numismatique 5e série 17, 85-128.
)12
Æ
prutá, Juan Hircano I o Judas Aristóbulo. Anverso: doble cornucopia,
granada en el centro. Reverso: leyenda paleo-hebrea ilegible, rodeada
por guirnalda.
.
3. Otras regiones de Asia Menor, Celesiria y Fenicia
⌅Además
de las grandes potencias helenísticas, el primer libro de los Macabeos
hace mención en la lista de numerosas regiones y ciudades, la mayoría de
las cuales se localizan en Asia Menor. Para comenzar, de las
comunidades en Panfilia únicamente tenemos noticias literarias que
confirman su existencia al menos desde el siglo I (Philo, Leg.
281; Hch 2:10), aunque desconocemos si Perge, mencionada en relación a
los viajes de Pablo (Hch 13:13-14), contaba con presencia judía.
Asimismo, una posible inscripción judía de Aspendos (IJO Asia 218) nos
remite a la existencia de una comunidad en el siglo i-ii. Mucho más importante es, por otro lado, la ciudad de Side (Goldstein 1976, 499Goldstein, Jonathan A. 1976. I Maccabees. New York: Doubleday & Company.
), donde se han descubierto una sinagoga (Lifshitz 1967, 37-38Lifshitz, Baruch. 1967. Donateurs
et fondateurs dans les synagogues juives : répertoire des dédicaces
grecques relatives à la construction et à la réfection des synagogues. Paris: J. Gabalda.
)
y dos inscripciones (Side 191 = IJO Asia 219; Side 69 = IJO Asia 220),
si bien estas pruebas han sido datadas en época tardoantigua y
bizantina. También en Licia (para los judíos licios, cf. Stern 1974, 148Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
)
detectamos los problemas ya comentados, es decir, la ausencia de
testimonio arqueológico contemporáneo a Simón y numerosas pruebas que
confirman la existencia de una comunidad en el cambio de era, como
sugieren el patronato ejercido por Herodes I (Joseph. BJ i 21, 11 [425]) y las noticias ofrecidas por Simeón Metafraste, autor del martirio de León y Paregoro (PG cxiv 1457). El Nuevo Testamento, sin embargo, no da a entender que en los
puertos de Pátara (Hch 21:1) y Mira (Hch 27:5-6) hubiese comunidades
judías, aunque disponemos de epígrafes de época imperial en Limyra
(Petersen-Luschan, Reisen ii 66:129 = IJO Asia 221) y en Tlos (TAM ii 612 = IJO Asia 223). De la presencia judía en la ciudad frigia de
Fasélide, por otro lado, no tenemos ningún testimonio más allá de este
documento; a partir de la numismática (Hill 1897, 287, pl. xliiii 6Hill, George Francis. 1897. Catalogue of the Greek Coins of Lycia, Pamphylia, and Pisidia. London: Trustees of the British Museum.
)
13
BMC Lycia, 287 (pl. xliii 6). Anverso: cabeza de Apolo laureada a la derecha. Reverso: ΦΑΣΗΛΙ
Lira (cítara); en campo, palma a la derecha; todo en cuadrado incuso.
, sabemos que la ciudad entró a formar parte en el 168 a. C. de la Liga licia (Polyb. xxx 5; Strabo xiv 3, 9; Liv. xlv 25), una agrupación de veintitrés ciudades surgida tras la tercera
guerra macedónica, aunque, dado que aparece como una entidad
diferenciada en el decreto, es posible que se hubiese separado antes del
140 a. C.
Por otro lado, en Caria (para los judíos carios, cf. Stern 1974, 148-149Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
), liberada del yugo rodio tras la tercera guerra macedónica (Polyb. xxx 5; Liv. xlv 25), se acumulan los mismos problemas: se nos habla en el texto de
ciudades como Cnido y Halicarnaso, donde no tenemos restos de
poblamiento judío más allá de una mención de la primera ciudad en el
Nuevo Testamento (Hch 27:7) y de un decreto dirigido a la segunda en
tiempos de Hircano II (Joseph. AJ xiv 10, 23 [256-258]). El caso de Mindos (Goldstein 1976, 498Goldstein, Jonathan A. 1976. I Maccabees. New York: Doubleday & Company.
)
también es problemático, ya que únicamente tenemos una prueba de
presencia judía que nos remite a la época tardorromana o bizantina: el
voto del archisynagogos Teopempte y de su hijo Eusebio (Myndos 5 = IJO Asia 25; cf. Lifshitz 1967, 31-32Lifshitz, Baruch. 1967. Donateurs
et fondateurs dans les synagogues juives : répertoire des dédicaces
grecques relatives à la construction et à la réfection des synagogues. Paris: J. Gabalda.
).
Por el contrario, sí contamos con información arqueológica en otras
ciudades que no se mencionan en la lista, a saber: el jerosolimitano
Nicetas, hijo de Jasón, que contribuyó con cien dracmas a las fiestas de
Dionisio en Iasos en algún punto del siglo ii a. C. («Νικήτας Ἰάσονος Ἱεροσολυμίτης», en Iasos 131 = IJO Asia 21)
14
ἐπὶ
στεφανηφόρου Ἀπόλλωνος τοῦ μετὰ Ἀντίγονον | Ἀντιγόνου, ἀγωνοθέτου δὲ
Θεοδώρου τοῦ Μελανί̣ωνος· | οἵδε τῶν πρότερον ἐ[πιν]ευσάντων ἐ[ν]
Διονυσίοις | ἀπέδωκαν· ἀγωνοθέτης Μνησίθεος Ἀθηνοδώρου φύσει δὲ |
Μενεδ[ή]μου· χορηγοί· Μενέδημος Μενεκράτου, | Θεόφιλος Ἀναξίππου,
Διονύσιος Μενίπ[π]ου, Μηνότιμος | Πόδωνος, ἕκαστος δ(ραχμὰς) ςʹ· |
μετοίκων· Ἀγαθῖνος Λέοντος Ἀπαμεύς, Νικήτας | Ἰάσονος Ἱεροσολυμίτης,
ἑκάτερος δ(ραχμὰς) ρʹ. Texto y comentario en Ameling 2004, 127-129; para la hipótesis que sugiere que se trata del hijo del sumo sacerdote Jasón, cf. Schürer, 1985a, 202-203 n. 29.
, los siquemitas que vivieron en Kaunos a finales de época helenística o a inicios del Principado (Kaunos 60 = IJO Asia 24)15
Εὐφάνης
Ἀριστίωνος, | Διονυσία Σίμωνος | ἡ γυνὴ αὐτοῦ, | Κλεύπατρα καὶ ΦιλοΓΛ[|
Εύφάνου Σικιμῖται, | πήχεις εʹ. Texto y comentario en Ameling 2004, 132-134.
y un archisynagogos de Tralles, a finales del siglo i a. C. (Tralles 246 = IJO Asia 28)16
Ἰο]υλιο[|]ανδρο[| πολλ]άκις ἀρχω[| ἀ]ρχισυναγ̣[ωγ|] κατεσκε[υασ |]τασα[. Texto y comentario en Ameling 2004, 143-144.
.
La
presencia judía en el Ponto es muy insegura en cuanto a la aparición en
la lista de una misteriosa Sámpsamo, que podría ser una corrupción de
Lámpsaco, en la Tróade; de Samosata, en Comagene; o de Amisus, la actual
Samsun, en el Ponto, que es la opción preferida por los investigadores (Abel 1949, 269Abel, Félix-Marie. 1949. Les livres des Maccabées. Paris: Cabalda.
; Goldstein 1976, 498Goldstein, Jonathan A. 1976. I Maccabees. New York: Doubleday & Company.
).
Aunque no se han documentado restos arqueológicos de la presencia judía
en esta colonia, las fuentes literarias confirman que, al menos desde
el siglo i, existía una comunidad en Bitinia-Ponto (Philo, Leg.
281; Hch 2:9; 1Pe 1:1), si bien la prueba epigráfica más antigua se
corresponde con las inscripciones de Amastris (Kat. Amastris 27 = IJO
Asia 149; TAM iv, 1 374 = IJO Asia 156), del siglo iii.
Otra
de las ciudades mencionadas en la lista es Arados (Arwad, en Siria), la
bíblica Arvad (Ez 27:8.11), en la que tampoco poseemos ningún
testimonio arqueológico judío, si bien una moneda hallada en Berito
podría indicar algún asentamiento en Fenicia durante época asmonea (Butcher 2002, 141 n.º 285Butcher,
Kevin. 2002. «Archaeology of the Beirut Souks 1. Small Change in
Ancient Beirut. Coins from Bey 006 and Bey 045: Persian, Hellenistic,
Roman, and Byzantine Periods». Berytus: Archaeological Studies 45-46: 1-292.
)
17
Æ prutá, reino asmoneo. Anverso: leyenda paleo-hebrea ilegible en guirnalda. Reverso: doble cornucopia, granada en el centro.
, y un decreto de Marco Antonio garantizaba la protección de los judíos de Sidón, Antioquía y Arados (Joseph. AJ xiv 12, 6 [323]). No entraremos aquí en el problema de las comunidades de
la Celesiria, aunque nos limitaremos a señalar que Judas trató de salvar
a numerosas familias que vivían en Galilea y Galaad (1 Mac 5:9-54) y
que Jonatán logró la anexión de tres distritos samaritanos (1Mac 10:30;
11:28-34), Aferema (Efraín en Jn 11:54), Lida (Lod, Hch 9:32-38) y
Ramatáin (la Arimatea de Mt 27:57; Jn 11:38). La arqueología ha ayudado a
comprobar la presencia de judíos en dichos distritos antes de la
anexión (Raviv 2021, 67-72Raviv,
Dvir. 2021. «Settlement and History of the Northern Judean Hills and
Southern Samaria during the Early Hasmonean Period». En The Middle Maccabees. Archaeology, History, and the Rise of the Hasmonean Kingdom, edición de Andrea M. Berlin y Paul J. Kosmin, 53-72. Atlanta: The Society of Biblical Literature.
),
mientras que el hallazgo de monedas de Juan Hircano I en Giscala,
Gamala, Jotapata, Asochis, Arbela y Bet Shean-Escitópolis se ha
relacionado con la existencia de algún poblamiento judío antes de la
conquista de Galilea (Syon 2006, 21-23Syon, Danny. 2006. «Numismatic Evidence of Jewish Presence in Galilee before the Hasmonean Annexation?». Israel Numismatic Research 1: 21-24.
; 2021, 179-181Syon, Danny. 2021. «The Hasmonean Settlement in Galilee: A Numismatic Perspective». En The Middle Maccabees. Archaeology, History, and the Rise of the Hasmonean Kingdom, edición de Andrea M. Berlin y Paul J. Kosmin, 177-192. Atlanta: The Society of Biblical Literature.
). Finalmente, sabemos que el judaísmo se había expandido por Fenicia entre los siglos i a. C. y i d. C. (Stern 1974, 142Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
), ya que Josefo menciona comunidades en Akko-Tolemaida, Tiro y Sidón (Joseph. BJ ii 18, 5 [477-479]; AJ xvii 12, 1 [324]), y una inscripción en una columna de esta última ciudad ha sido datada entre los siglos i a. C.- ii d. C. (SEG xxxii 1485 = IJO Syr13)18
[-------------] | Ι[--]ΠΕ̣Ι̣Ω+++κ̣υριο̣[--] | παντός με εὐλογεῖσθαι (hedera). Texto y comentario en Noy y Bloedhorn 2004, 25-26.
;
asimismo, la historia de las ochenta brujas de Ascalón (San 6:4; bSan
45b-46a; jSan 6:6; jHag 2:2) confirma la existencia de judíos en esta
ciudad gentil en época asmonea.
4. Grecia y las islas
⌅Otras regiones en las que se habían asentado distintas comunidades judías se encontraban en el mundo griego y en las islas (Stern 1974, 153-160Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
; Tcherikover 1959, 291Tcherikover, Victor. 1959. Hellenistic Civilization and the Jews. Philadelphia, Jerusalem: The Jewish Publication Society of America, The Magnes Press, The Hebrew University.
).
Para comenzar, no tenemos ningún testimonio arqueológico que confirme
la presencia judía en Sición, que había obtenido la presidencia de los
Juegos Ístmicos tras la guerra aquea del 146 a. C. (Paus. ii, 2, 2; Strabo viii 6, 23-25). Sí la hay, por el contrario, en la cercana Corinto para el siglo i d. C., como sabemos a partir de las fuentes arqueológicas (Battinou 2018, 176-205Battinou, Zanet. 2018. Corpus Inscriptionum Judaicarum Graeciae. Athens: The Jewish Museum of Greece.
; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 181-189Noy, David, Alexander Panayotov y Hanswulf Bloedhorn 2004. Inscriptiones Judaicae Orientis I: Eastern Europe. Tübingen: Mohr Siebeck.
) y literarias, caso de una mención de Filón (Philo, Leg. 281) y del libro de los Hechos, que menciona a figuras como Áquila del Ponto y su mujer Priscila (Hch 18:1), al temeroso de Dios Justo (Hch 18:7) y al archisynagogos Crispo (Hch 18:8). Esta comunidad llegó a conseguir que el procónsul de
Acaya, Galión, juzgase a Pablo (Hch 18:12-17), y recibió a seis mil
judíos de Magdala para trabajar en el istmo durante la primera guerra
judeo-romana (Joseph. BJ iii 10, 10 [540]).
En
segundo lugar, la eventual presencia judía en Lacedemonia es una de las
cuestiones que más ha llamado la atención en la academia, como
consecuencia de una leyenda que defendía un origen común entre judíos y
espartanos, atestiguada en varias fuentes: para comenzar, el sumo
sacerdote Jasón (175-172 a. C.) trató de huir a Esparta por razones de
parentesco o συγγένεια (2Mac 5:9) en el 168 a. C. Años más tarde, Jonatán envió una carta a la ciudad para establecer una alianza (Abel 1949, 220-225Abel, Félix-Marie. 1949. Les livres des Maccabées. Paris: Cabalda.
; Goldstein 1976, 444-463, 498Goldstein, Jonathan A. 1976. I Maccabees. New York: Doubleday & Company.
; Schürer 1985a, 247-249Schürer, Emil. 1985a-b. Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús vol. I. Fuentes y marco histórico; vol. II Instituciones políticas y religiosas. Madrid: Cristiandad.
),
alegando que se había descubierto una correspondencia entre Areo I de
Esparta (309-265 a. C.) y el sumo sacerdote Onías I (1Mac 12:1-23;
Joseph. AJ xii 4, 10 [223-227]). Más adelante, Simón renovó la alianza (1Mac 14:16-24), y conocemos por Josefo (Joseph. AJ i 15, 1 [238-241]) una leyenda según la cual Heracles se casó con una
hija de Jafras (hijo, a su vez, de Abraham y de Quetura), matrimonio que
enlazaba sangre griega con judía: el primogénito fue Didoro, quien a su
vez fue padre de Sofón, el primero de los bárbaros sofacas. Si tenemos
en cuenta que los Agíadas y Euripóntidas se consideraban dorios y
descendientes de Heracles (Tyrt, fr. 8, 1; Hrdt. vii 208 y ix 33; Apollod. ii 8), tendríamos en este pasaje una explicación de la leyenda. Otras
fuentes parecen incidir en esta invención, como la historia de Hecateo
de Abdera, que sostenía que una peste que asoló Egipto obligó a grandes
masas a buscar un nuevo hogar: unos, al mando de Cadmo y Dánao, huyeron
hasta Grecia, mientras que otros, liderados por Moisés, acabaron
fundando Jerusalén (Diod. Sic. xl 3, 1-2). Aunque el origen de esta leyenda nos es desconocido, es
evidente que se gestó en ambientes judíos helenísticos, quienes querrían
enfatizar la especificidad de las costumbres judías mediante su
comparación con un pueblo profundamente admirado como era el espartano.
De esta manera, los judíos pudieron notar numerosos paralelos (Amitay 2013, 79-102Amitay, Ory. 2013. «The Correspondence in I Maccabees and the Possible Origins of the Judeo-Spartan Connection». Scripta Classica Israelica 32: 79-105.
; Feldman 2006, 523-556Feldman, Louis H. 2006. Judaism and Hellenism Reconsidered. Leiden / Boston: Brill.
; Gruen 2016, 153-166Gruen, Erich S. 2016. Constructs of Identity in Hellenistic Judaism: Essays on Early Jewish Literature and History. Berlin / Boston: De Gruyter.
; Schürer 1985b, 273-274Schürer, Emil. 1985a-b. Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús vol. I. Fuentes y marco histórico; vol. II Instituciones políticas y religiosas. Madrid: Cristiandad.
) entre Moisés y Licurgo, su carácter «más divino que humano» (Ex 7:1; Hrdt. I 65, 3; Diod. Sic. vii 12, 1; Plut. Lyc. 5, 4); su peculiar legislación militar (Ex 18:13-27; Hrdt. i 65, 5; Plut. Inst. 24 [238F]; Xen. Lac. 11-13; Plut. Apoph. 53, 24 [228D]); el énfasis en la piedad y en el cumplimiento de la Ley por encima de todo (Hrdt. vi 106, 3; Jos. Ap. ii 11 [130]); la existencia de normas sobre la división de la tierra (Plut., Lyc., 8; Plat. Lg. iii 684e; Le 25:23-34, 24; Nu 27:1-8; 36:1-12; Jos 18:10); la importancia de la educación (Plut. Lyc. 14, 1; Xen. Lac. 2-4; Joseph. Ap. ii 17 [173-175]); el respeto a los ancianos (Hrdt. ii, 80; Cic. De senectute 63; Joseph. Ap. ii 27 [206]); su odio al lujo artístico (Plut. Lyc. 9, 4-9; Xen. Lac. 7, 2; Plut. Apoph. 53, 18 [228B]; Ex 20:4; De 5:8; Joseph. Ap. ii 21 [191]); el papel de los sacerdotes como guardianes del orden establecido (Diod. Sic. xl 3, 5; Plut. Cleom. ix 1; Joseph. Ap. I 7 [30-36]); la persecución de la hechicería (De 18:10-11; Ex 22:17; Plut. Lyc. 9, 3); la existencia de instituciones similares como las fratrías (Ath. iv 141f; Joseph. AI ii 14, 6 [312]; iii 10, 5 [248]) o la Gerusía (Plut. Lyc. 6 2; Paus. iii 11, 2; 1Mac 12:6; Joseph. AJ iv 8, 2 [186]); y el hermetismo de ambas sociedades (Thuc. ii 39, 1; Ex 34:11-16; De 7:1-4; Diod. Sic. xl 3, 4). Probablemente existió una comunidad judía en la Esparta de los siglos i a. C. ‒ i d. C., ya que Herodes I recibió en la corte al oportunista Cayo Julio Euricles (Joseph. AJ xvi 10 [300-355]), líder de las fuerzas lacedemonias que lucharon en la batalla de Actium (Plut. Ant. 67 3-5). Por su parte, Filón de Alejandría menciona la extensión de la Diáspora por el Peloponeso (Philo, Leg.
281), mientras que en la literatura rabínica tenemos el testimonio de
la familia de los Ben Lakonia (בן לקוניא), compuesta por Simón ben Yosei
ben Lakonia (bShab 49b; bPes 51a; 86b; bZev 62b; bBek 38b; EstRab
7:10), Jonatán ben Yosei ben Lakonia (bShev 18b) y Elazar ben Simón
(bShev 18b; CantR 4:11), que, según Ory Amitay (2007)Amitay, Ory. 2007. «Some Ioudaio-Lakonian Rabbis». Scripta Classica Israelica 26: 131-134.
,
podrían tener alguna relación con la comunidad judeo-espartana.
Sabemos, finalmente, que la presencia judía en Laconia tendría su final
en el siglo x, como consecuencia de la expulsión ordenada por el santo patrón de Esparta, Nicón Metanoita (Vita Niconis 33-34; cf. Kohen 2007, 59Kohen, Elli. 2007. History of the Byzantine Jews: A Microcosmos in the Thousand Year Empire. Lanham, Boulder, New York, Toronto, Plymouth: University Press of America.
).
Menos problemas presenta la isla de Delos, declarada puerto franco en el 166 a. C. por Roma (Polyb. xxx 31, 1-16). La mención de la isla en la lista se ve confirmada por el descubrimiento en 1912 de una sinagoga del siglo ii a. C. (Plassart 1914Plassart, André. 1914. «La synagogue juive de Délos». Revue Biblique 11, 4: 523-534.
)
19
Consiste
en una estructura doméstica remodelada para la reunión de la comunidad.
Su identificación ha sido posible gracias a las similitudes
arquitectónicas, la presencia de una cátedra de Moisés y las
inscripciones descubiertas. Los estudios sobre el edificio son
numerosos, aunque puede consultarse la siguiente selección
bibliográfica: Battinou 2018, 138-151; Binder 1999, 297-317; Bruneau 1970, 480-493; Bruneau y Ducat 2005, 254-255 n.º 80; Foerster 1982, 166; Hachlili 1998, 17-18, 35-39; Levine 2000, 107-113; Lifshitz 1967, 14-16; Mazur 1935, 15-22; Meyers 1996, 10-11; Meyers y Kraabel 1986, 185-186; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 210-235; Paul 1982, 136; Rutgers 1996, 72; Sukenik 1934, 37-40; White 1987, 133-160; 1990, 64-67.
. Asimismo, se ha documentado tanto una posible casa judía situada en el barrio del estadio (Bruneau y Ducat, 2005, 252 n.º 79, 2Bruneau, Philippe y Jean Ducat. 2005. Guide de Délos. Paris: Ecole française d'Athènes.
) como numerosas inscripciones datadas en el siglo i a. C., a saber: un voto de Laodicea (IDelos 2330 = IJO Ach62 = CIJ 728)20
Λαοδίκη Θεῶι | Ὑψίστωι σωθεῖ-|σα ταῖς ὑφ’ αὑτο-|ῦ θαραπήαις, | εὐχήν. Texto y comentario en Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 222-223.
, otro de Lisímaco (IDelos 2328 = IJO Ach63 = CIJ 729)21
Λυσίμαχος | ὑπὲρ ἑαυτοῦ | Θεῷ Ὑψίστῳ | χαριστήριον. Texto y comentario en Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 223-224.
y una inscripción de Agatocles y Lisímaco (IDelos 2329 = IJO Ach65 = CIJ 726)22
Ἀγαθοκλῆς | καὶ Λυσίμα-|χος vv ἐπὶ | προσευχῆι. Texto y comentario en Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 225-228.
. Además, Josefo reprodujo dos decretos de Julio César dirigidos a los judíos de la isla (Joseph. AJ xiv 10, 14 [231-232]) y a Pario por mediación delia (Joseph. AJ xiv 10, 8 [213-216]), respectivamente. Existen, asimismo, otros restos de la presencia judía en la isla en el siglo i d. C., casos del epitafio de Justo (IG v,1
1256 = CIJ 721a = IJO Ach55), los votos de Zosas (IDelos 2331 = IJO
Ach60 = CIJ 727) y de Marcia (IDelos 2332 = IJO Ach61 = CIJ 730), la
dedicación de un liberto (IDelos 2333 = IJO Ach64 = CIJ 731) y una
estatua de Herodes Antipas (OGIS 417 = IDelos 1586 = IJO Ach69). Incluso
conocemos en Jerusalén un osario de una prosélita delia llamada María,
que pudo vivir en época asmonea o herodiana (CIIP 238)23
מריה הגירת הדילסת. Texto y comentario en Cotton 2010, 265-267.
y la presencia de una colonia samaritana (Bruneau y Bordreuil 1982, 467-475Bruneau, Philippe y Pierre Bordreuil. 1982. «Les Israélites de Délos et la juiverie délienne». Bulletin de Correspondance Hellénique 106, 1: 465-504. https://doi.org/10.3406/bch.1982.1925.
; Kraabel 1984Kraabel, A. Thomas. 1984. «New Evidence of the Samaritan Diaspora has been found on Delos». The Biblical Archaeologist 47, 1: 44-46. https://doi.org/10.2307/3209877.
),
que ha dejado constancia de su piedad en dos inscripciones que
mencionan el culto en el monte Gerizim, cuyo templo sería destruido por
Juan Hircano I (Joseph. AJ xiii 9, 1 [254-258]; BJ i 2, 6-7 [63-64]). La primera de ellas (SEG xxxii 810 = IJO Ach66 = CIJG 57)24
[οἱ
ἐν Δήλω] | Ἰσραηλῖται οἱ ἀπαρχόμενοι εἰς ἱερὸν ἅγιον Ἀρ-|γαριζείν
έτίμησαν vac. Μένιππον Ἀρτεμιδώρου Ἡρά-| κλειον αὐτὸν καὶ τοὺς ἐγγόνους
αὐτοῦ κατ̣ασκευ-|άσαντα καὶ ἀναθέντα ἐκ τῶν ἰδίων ἐπὶ προσευχῇ τοῦ |
θε[οῦ] ΤΟΝ[ -------------------- ] | ΟΛΟΝΚΑΙΤΟ[--καὶ ἐστεφάνωσαν] χρυσῷ
στε[φά-]| νῳ καὶ [--------------------] | ΚΑ [--------------------]| T
[--------------------]. Texto y comentario en Battinou 2018, 150-151; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 228-232; Runesson, Binder y Olsson 2008, 129-130.
ha sido datada entre el 250 y el 175 a. C.; y la segunda (SEG xxxii 809 = IJO Ach67 = CIJG 56)25
οἱ
ἐν Δήλῳ Ἰσραελεῖται οἱ ἀ-|παρχόμενοι εἰς ἱερὸν Ἀργα-|ριζεὶν στεφανοῦσιν
χρυσῷ | στεφάνῳ Σαραπίωνα Ἰάσο-|νος Κνώσιον εὐεργεσίας | ἕνεκεν τῆς εἰς
ἑαυτούς. Texto y comentario en Battinou 2018, 148-149; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 232-233; Runesson, Binder y Olsson 2008, 130-131.
, entre el 150 y el 50 a. C.
Al igual que en el caso de Delos, conocemos la existencia de una comunidad judía en Rodas que podría ser contemporánea a Simón, ya que la inscripción de Menipo de Jerusalén (IG xii 1, 11 = IJO Asia 9) 26 []ΑΙ[ | Και]σαρεύς [ | ] Βοσποραν[ός | ]οτος Κυζικην[ός] | πεντα[κοσίας] | [Μ]ένιππος Ἱερ[...]υμίτα[ς] | πεντακοσίας | Στράτων Στράτωνος | πεντακ[ο]σία[ς] | Ἀνδρόνικος Ἀσκληπ[-ιάδα, -άδου] | χιλί[α]ς | Εὔβιος Ἀμαστριανὸς [ὧι ἁ ἐπιδαμία] | [δέδ]οται, ὑπὲρ τοῦ υἱοῦ [ | ]ΠΛΕ[. Texto y comentario en Ameling 2004, 59-60. ha sido datada entre los siglos iii y i a. C. Una inscripción del siglo ii a. C., asimismo, atestigua la presencia en la isla de un samaritano llamado Rodocles, hijo de Menipo (IG xii 8, 439 = IJO Asia 11)27 Ῥοδοκλῆς Μενίππου | Σαμαρίτας χαῖρε. Texto y comentario en Ameling 2004, 63. . Finalmente, la prosperidad y el poder de la Diáspora en Rodas se manifiesta en una inscripción que recoge una donación (SEG xxxiii 1277 = CIIP 3 = IJO Asia 10) al Templo de Jerusalén por parte de un judío rodio llamado Paris, hijo de Akeson, en el vigésimo año de Herodes I (c. 18-17 a. C.). Algunos de los más furibundos escritores antijudíos enseñaron precisamente en Rodas, como Posidonio de Apamea y Apolonio Molón (Euseb. Praep. Evang. ix 19, 1-3; Joseph. Ap. ii 2 [16], 7 [79-80], 14 [145-150], 33 [236], 36 [255-261]; 41 [295]), y sabemos que el gramático rodio Diógenes llegó a impartir clases en sábado (Suet. Tib. 32, 2), mientras que Pablo visitó la isla en una ocasión (Hch 21:1). Finalmente, la conquista islámica (653) fue seguida por el expolio del bronce de los restos del Coloso por parte de un comerciante judío, que utilizó novecientos camellos para su transporte (Teófanes el Confesor, Cronografía 286).
Por
otro lado, no existe testimonio arqueológico que permita confirmar la
existencia de una comunidad judía en la isla de Cos durante el siglo ii a. C. (para los judíos de la isla, cf. Paul 1982, 138Paul, André. 1982. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Cristiandad.
; Stern 1974, 154Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
).
La presencia de la misma, al menos, sí está confirmada para el 88 a.
C., ya que Mitrídates VI del Ponto expolió ochocientas piezas del
impuesto del Templo cuando tomó la isla (Joseph. AJ xiv 7, 2 [112]; para este evento, cf. Buraselis 2000, 15-16Buraselis, Kostas. 2000. Kos
between Hellenism and Rome: studies on the political, institutional and
social history of Kos from ca. the middle second century BC until Late
Antiquity. Philadelphia: American Philosophical Society.
; Sherwin-White 1978, 249-250Sherwin-White, Susan. 1978. Ancient Cos. An historical study from the Dorian settlement to the Imperial period. Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht.
).
En época herodiana, las relaciones entre la nueva dinastía y Cos fueron
mucho más estrechas, como sugiere el patronato ejercido por Herodes I
(Joseph. BJ i 21, 11 [423]), así como las estatuas que sus habitantes le dedicaron a él (IG xii, 4 2, 882) y a su hijo Antipas (OGIS 416 = IG xii, 4 2, 997). Asimismo, en la corte herodiana residía un amigo de Alejandro procedente de Cos, llamado Evarato (Joseph. AJ xvi 10, 2 [312]; BJ i 26, 5 [532]), aunque la noticia de la llegada de Pablo a la isla no
aporta más información en este sentido (Hch 21:1). Las inscripciones
conservadas, finalmente, han sido datadas en época imperial (IG xii, 4 4, 3435 = IJO Asia 6; IJO Asia 7; IG xii, 4 4, 3132 = IJO Asia 8).
La
mención de Samos es uno de los casos más problemáticos de la lista, ya
que las fuentes literarias no son lo suficientemente explícitas en este
sentido (Hch 20:15 menciona simplemente su puerto); y las arqueológicas,
tardías, ya que la única inscripción judía samia está datada en el
siglo iii (IG xii,
6 2, 959 = CIJ 731f = Samos 321 = IJO Asia 5 = CIJG 64). Sí sabemos,
sin embargo, que Herodes I, acompañando a Agripa, favoreció a sus
habitantes (Joseph. AJ xvi 2, 2 [23-24]), lo cual podría ser un indicio de una agrupación judía.
El primer libro de los Macabeos incluye también una ciudad situada en
Creta (para los judíos cretenses, cf. Stern 1974, 154Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
), Gortina, de cuya comunidad únicamente poseemos pruebas del siglo i d. C. en adelante, dado que un sidonio, conocido como el falso
Alejandro, se hizo con el apoyo de numerosos judíos de Creta y Melos
(Joseph. AJ xvii 12, 1-2 [324-338]; BJ ii 7, 1-2 [101-110]). Asimismo, había judíos cretenses en Jerusalén durante Pentecostés (Hch 2:11), Filón de Alejandría (Philo, Leg. 282) menciona la presencia de los suyos en la isla y Josefo cuenta que contrajo matrimonio con una cretense (Joseph. Vit. 76 [427]). La única prueba epigráfica judía de Gortina, sin embargo, data de época tardorromana (siglo iv-v), y se corresponde con una mujer llamada Sofía (CIJ 1975 = IJO Cre3 = CIJG 32).
5. Egipto
⌅Egipto,
gobernado entonces por Tolomeo VIII Fiscón (170-116 a. C.) y Cleopatra
III (141-101 a. C.), es un caso especial, ya que se trata del lugar con
mayor y mejor información en lo que respecta a la Diáspora judía,
especialmente gracias a las fuentes representadas por los papiros de
Elefantina, los de Zenón y las Acta Alexandrinorum. Para
comenzar, es probable que la llegada de los judíos a Egipto tuviese
lugar en época de Nabucodonosor II (Je 44:1; 46:14), cuando se conformó
la colonia militar de Elefantina (Modrzejewski 2001, 21-44Modrzejewski, Joseph Mèléze. 2001. The Jews of Egypt, from Rameses II to Emperor Hadrian. Skokie: Varda Books.
), aunque su presencia se expandió en época helenística, con su asentamiento en el barrio delta de Alejandría (Binder 1999, 246-254Binder, Donald D. 1999. Into the Temple Courts. The place of the Synagogues in the Second Temple Period. Atlanta: Society of Biblical Literature.
; Modrzejewski 2001, 45-72, 161-183Modrzejewski, Joseph Mèléze. 2001. The Jews of Egypt, from Rameses II to Emperor Hadrian. Skokie: Varda Books.
; Smallwood 2008, 179-187Smallwood, E. Mary. 2008. «The Diaspora in the Roman period before CE 70». En The Cambridge History of Judaism, volume three. The Early Roman Period, edición de William Horbury, William D. Davies y John Sturdy, 168-191. Cambridge: Cambridge University Press.
; Stern 1974, 122-133Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
) y la traducción de los Setenta, plasmada en la Carta de Aristeas (Arist. §§ 1-322; Joseph. AJ xii 2, 1-15 [11-118]). Numerosos judíos alcanzaron gran poder en el Egipto tolemaico, como Aristóbulo (Euseb. Hist. Eccl. vii 32, 16-18; Praep. Evang. viii 10, 1-17; xiii 12, 1-16), tutor de Tolomeo VI (2Mac 1:10), el alabarca Alejandro Lisímaco (Joseph. AJ xx 5, 2 [100-104]; Hch 4:6) o el propio Filón de Alejandría, autor de
numerosos comentarios sobre el Pentateuco. Otros autores
judeo-helenísticos destacados fueron Artápano (Euseb. Praep. Evang. ix 18, 1; xxiii 1-4; xxvii 1-37) y Ezequiel el trágico (Euseb. Praep. Evang. ix 28-29), que escribió una adaptación teatral del libro del Éxodo (Barclay 1998, 132-138Barclay, John M. G. 1998. Jews in the Mediterranean Diaspora: From Alexander to Trajan (323 BCE-117 CE). Edinburgh: T&T Clark.
). Asimismo, en el ambiente cultural judeo-egipcio se gestaron numerosos libros (Sabiduría, la versión griega del Eclesiástico, la obra de Jasón de Cirene contenida en 2Macabeos, Oráculos Sibilinos, 3Macabeos, José y Asenet).
Por
otro lado, los estudios arqueológicos han permitido confirmar la
existencia de numerosas sinagogas en territorio egipcio (para su
estudio, cf. Binder 1999, 233-246Binder, Donald D. 1999. Into the Temple Courts. The place of the Synagogues in the Second Temple Period. Atlanta: Society of Biblical Literature.
; Levine 2000, 82-89Levine, Lee I. 2000. The Ancient Synagogue: The First Thousand Years. New Haven: Yale University Press.
; Schürer 1985b, 552-553Schürer, Emil. 1985a-b. Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús vol. I. Fuentes y marco histórico; vol. II Instituciones políticas y religiosas. Madrid: Cristiandad.
), a saber: en Hadra, del siglo ii a. C. (JIGRE 9 = CIJ 1433)
28
[-- Θε]ῶι Ὑψίστωι | [---]ὸν ἱερὸν | [περίβολον καὶ] τὴν προσ-|[ευχὴν καὶ τὰ συγ]κύροντα. Texto y comentario en Horbury y Noy 2001, 13-15; Lifshitz 1967, 76; Runesson, Binder y Olsson 2008, 185-186.
; en Schedia, del 246-221 a. C. (JIGRE 22 = CIJ 1440 = OGIS 726)29
ὑπὲρ
βασιλέως | Πτολεμαίου καὶ | βασιλίσσης | Βερενίκης ἀδελ-|φῆς καὶ
γυναικὸς καὶ | τῶν τέκνων | τὴν προσευχὴν | οἱ Ἰουδαῖοι. Texto y
comentario en Binder 1999, 240-242; Horbury y Noy 2001, 35-37; Lifshitz 1967, 78; Runesson, Binder y Olsson 2008, 198-199.
; en Xenephyris, del 140-116 a. C. (JIGRE 24 = CIJ 1441)30
ὑπὲρ
βασιλέως Πτολεμαίου | καὶ βασιλίσσης Κλεοπάτρας τῆς | ἀδελφῆς καὶ
βασιλίσσης Κλε-|οπάτρας τῆς γυναικὸς οἱ ἀπὸ | Ξενεφύρεος Ἰουδαῖοι τὸν |
πυλῶνα τῆς προσευχῆς | προστάντων Θεοδώρου | καὶ Ἀχιλλίωνος. Texto y
comentario en Binder 1999, 242-243; Horbury y Noy 2001, 40-42; Lifshitz 1967, 78-79; Runesson, Binder y Olsson 2008, 199.
; en Nitriai, del 140-116 a. C. (JIGRE 25 = CIJ 1442)31
ὑπὲρ
βασιλέως Πτολεμαίου | καὶ βασιλίσσης Κλεοπάτρας | τῆς ἀδελφῆς καὶ
βασιλίσσης | Κλεοπάτρας τῆς γυναικὸς | Εὐεργετῶν οἱ ἐν Νιτρίαις |
Ἰουδαῖοι τὴν προσευχὴν | καὶ τὰ συγκύροντα. Texto y comentario en Binder 1999, 244-246; Horbury y Noy 2001, 42-43; Lifshitz 1967, 79; Runesson, Binder y Olsson 2008, 197.
; en Arsínoe-Cocodrilópolis (Medinet el-Fayum), del 246-221 a. C. (JIGRE 117 = CIJ 1532a)32
ὑπὲρ
βασιλέως | Πτολεμαίου τοῦ | Πτολεμα̣ί̣ο̣υ̣ καὶ | βασιλίσσης | Βερενίκης
τῆς | γυναικὸς καὶ | ἀδελφῆς καὶ τῶν | τέκνων οἱ ἐν Κροκ[ο]-|δίλων
πόλει Ἰου[δαῖ]-|οι τὴν προ[σευχὴν] | [----]. Texto y comentario en Horbury y Noy 2001, 201-203; Lifshitz 1967, 80-81; Runesson, Binder y Olsson 2008, 193.
; en Kom el-Shukafa (JIGRE 14 = CIJ 1434)33
---
βασιλίσσης | --]κα[………]| [---] | [--]ν Ἀπολλω | [--]τιτου |
[--]ο[-]α[.]τος | [--]ι[………] | [ --]ο[..]κ […..] | [--]μ[…] | [--]ν και |
[--]τα[….] | [-- Ἰου]δαῖοι. Texto y comentario en Horbury y Noy 2001, 21.
y dos en Athribis, del siglo ii-i a. C. (JIGRE 27 = CIJ 1443 = OGIS 96;34
ὑπὲρ
βασιλέως Πτολεμαίου | καὶ βασιλίσσης Κλεοπάτρας | Πτολεμαῖος Ἐπικύδου |
ὁ ἐπιστάτης τῶν φυλακιτῶν | καὶ οἱ ἐν Ἀθρίβει Ἰουδαῖοι | τὴν προσευχὴν |
Θεῶι Ὑψίστωι. Texto y comentario en Binder 1999, 243-244; Horbury y Noy 2001, 45-47; Lifshitz 1967, 79; Runesson, Binder y Olsson 2008, 193-194.
JIGRE 28 = CIJ 1444 = OGIS 101)35
ὑπὲρ
βασιλέως Πτολεμαίου | καὶ βασιλίσσης Κλεοπάτρας | καὶ τῶν τέκνων |
Ἑρμίας καὶ Φιλό-|στερα ἡ γυνὴ | καὶ τὰ παιδία τήνδε ἐξέδραν | τῆι
προσευχῆ<ι>. Texto y comentario en Binder 1999, 243-244; Horbury y Noy 2001, 47-51; Lifshitz 1967, 79-80; Runesson, Binder y Olsson 2008, 194-195.
. Asimismo, se ha hallado una proclamación bilingüe de asilo datada en el 47-31 a. C. (JIGRE 125 = CIJ 1449 = CIL iii 6583 = OGIS 129 = IGRR i 1315)36
βασιλίσσης
καὶ βασι-|λέως προσταξάντων | ἀντὶ τῆς προανακει-|μένης περὶ τῆς
ἀναθέσε-|ως τῆς προσευχῆς πλα-|κὸς ἡ ὑπογεγραμμένη | ἐπιγραφήτω· |
βασιλεὺς Πτολεμαῖος Εὐ-|εργέτης τὴν προσευχὴν | ἄσυλον. | regina et |
rex iusserunt. Texto y comentario en Rigsby 2003, 127-140; Horbury y Noy 2001, 212-214; Runesson, Binder y Olsson 2008, 216-217.
.
La vida judía en las tierras del Nilo se amplió con la construcción de
un templo por parte de Onías IV, hijo del sumo sacerdote Onías III, en
Leontópolis, que podría tratarse de la actual Tell el-Yahudiya,
estudiada en 1905-1906 por William Matthew Flinders Petrie (2010, 19-27)Petrie, William Matthew Flinders. 2010. Hyksos and Israelite Cities. Piscataway: Gorgias Press.
.
Si bien la historia de esta comunidad no aparece en el primer libro de
los Macabeos por el carácter propagandístico de esta obra, conocemos su
origen gracias a Josefo (Joseph. BJ i 1, 1 [33]; vii 10, 1-4 [421-436]; AJ xii 9, 7 [387-388]; xiii 3, 1-4 [62-79]; Ap. ii 5 [49-55], para su estudio, cf. Hegermann 2008, 141-143Hegermann, Harald. 2008. «The Diaspora in the Hellenistic age». En The Cambridge History of Judaism, volume two. The Hellenistic Age, edición de William Davies y Louis Finkelstein, 115-166. Cambridge: Cambridge University Press.
; Modrzejewski 2001, 121-133Modrzejewski, Joseph Mèléze. 2001. The Jews of Egypt, from Rameses II to Emperor Hadrian. Skokie: Varda Books.
; Piotrkowski 2019, 27-107Piotrkowski, Meron M. 2019. Priests in Exile. The History of the Temple of Onias and Its Community in the Hellenistic Period. Berlin: De Gruyter.
).
Los hijos de Onías IV, llamados Quelcías y Ananías, serían, además,
fieles comandantes al servicio de Cleopatra III durante la guerra de los
centros contra su hijo Tolomeo IX Látiro (Joseph. AJ xiii 10, 4 [284-287]; 13, 1 [348-351]; Ap. ii 5 [48-57]) y disponemos de numerosos restos epigráficos de esta comunidad, como una dedicación de los Oníadas (SEG xxxiii 1326 = JIGRE 105)37
[---] | [-- τὴν] π̣ροσε̣[υχὴν --] | [-- θε]ῶι ὑψίσ[τωι --]. Texto y comentario en Horbury y Noy 2001, 181-182. Runesson, Binder y Olsson 2008, 195-196.
, un decreto de Quelcías (JIGRE 129 = CIJ 1450)38
[…..]Ι.Ι.
[--] | […] Χελκίου στ[--] | [--- πλή]θους τῶν ἐν τῶι τεμέ[νει --] |
[…..το]ῖς τετιμηκό[σιν --] | [……..] α̣ὐτῶι διὰ τοῦδ[ε --] | [………]θεν·
ἔδο[ξε --] | [………σ]τρατηγὸν [--] | [……..χ]ρυσῶι στεφ[άνωι--] | [………..]
ὑπὸ τῶν β[ασιλέων(?) - -] | [………..] ΙΑΟΔΕΤΩΡ [--]. Texto y comentario en Horbury y Noy 2001, 218-220; Reinach 1900, 50-54.
y el epitafio de una tal Arsínoe que menciona la «tierra de Onías» (JIGRE 38 = CIJ 1530)39
στάλα
μανύτειρα. - τίς ἐν | κυαναυγέϊ τύμβωι | κεῖσαι; καὶ πάτραν καὶ
γενέ-|την ἔνεπε. - | Ἀρσινόα, κούρα δ’ Ἀλίνης | καὶ Θηδοσίοιο, | φαμισθὰ
δ’ Ὀνίου γᾶ τρο-|φὸς ἁμετέρα. - | ποσσαέτης δ’ ὤλισθας ὑ-|πὸ σκοτόεν
κλίμα Λάθας; -|ἰκοσέτης γοερὸν χῶρον | ἔβην νεκύων. - | ζευγίσθης δὲ
γάμουσ; - (ζ)εύχθην. - κατελίνπανες αὐ-|τῷ | τέκνον; -ἄτεκνος ἔ-|βαν εἰς
Ἀΐδαο δόμους. - | ἴη σοὶ κούφα χθὼν ἁ φθι-|μένοιο φυλάκτωρ. - | καὶ
σοί, ξεῖνε, φέροι καρπὸν | ἀπὸ σταχύων. | (ἔτους) ιϛʹ, Παῦνι καʹ. Texto y
comentario en Horbury y Noy 2001, 90-94.
.
Existen, por otro lado, decenas de epitafios judíos de época tolemaica,
muchos de los cuales se han encontrado en Leontópolis (JIGRE 29-106)40
Estas inscripciones consisten en distintos epitafios datados generalmente entre los siglos ii a. C. ‒ ii d. C., salvo casos concretos cuya fecha puede ser establecida con
exactitud a partir de las referencias internas. Entre algunos ejemplos
que pudieron vivir en época asmonea, se conservan los nombres de Somelo,
hijo de Dora (JIGRE 29 = CIJ 1451), Demas (JIGRE 30 = CIJ 1490; 117 a.
C.), Arsínoe (JIGRE 33 = CIJ 1510), Jesús, hijo de Fameis (JIGRE 34 =
CIJ 1511), Raquelis (JIGRE 36 = CIJ 1513), Papión (JIGRE 37 = CIJ 1522),
Mikkos, hijo de Nethanis (JIGRE 41 = CIJ 1452), Eleazar (JIGRE 42 = CIJ
1453), Aristóbulo (JIGRE 45 = CIJ 1456), Agatocles, hijo de Onésimo
(JIGRE 46 = CIJ 1457), Salamis (JIGRE 48 = CIJ 1459), Trifaina y su hija
Eiras (JIGRE 52 = CIJ 1463), Judas, hijo de Judas (JIGRE 54 = CIJ
1465), Juan, hijo de Juan (JIGRE 57 = CIJ 1468), Sabbation (JIGRE 59 =
CIJ 1470), Sabbato (JIGRE 60 = CIJ 1471), Eleazar (JIGRE 62 = CIJ 1473),
Taution (JIGRE 66 = CIJ 1480), Thetos (JIGRE 87 = CIJ 1517), Nethanion
(JIGRE 88 = CIJ 1518), Filo (JIGRE 91 = CIJ 1521), Dosthion, huérfano e
hijo de Sabbataio (JIGRE 93 = CIJ 1524), Nardion, Teteution y Sabbatai
(JIGRE 96 = CIJ 1527), Isuatin (JIGRE 102 = CIJ 1530c), Marion (JIGRE
103), Teufilion, hijo de Abition (JIGRE 104) y una hija de Sabbataio
(JIGRE 106 = CIJ 1481). Textos en Horbury y Noy 2001, 51-184.
, Alejandría (JIGRE 1-10)41
En
esta ciudad se han documentado algunos epitafios griegos y arameos,
como los de Josefo (JIGRE 1 = CIJ 1427), Filón (JIGRE 2 = CIJ 1428),
Acabías, hijo de Elioenai (JIGRE 3 = CIJ 1424), Apolodoro (JIGRE 4 = CIJ
1425), Juana (JIGRE 6 = CIJ 1429), la sidonia Simotera, hija de
Heliodoro (JIGRE 7 = CIJ 1430), Psila (JIGRE 8 = CIJ 1431) y Hedinna,
hija de Mardoqueo (JIGRE 10). Textos en Horbury y Noy 2001, 1-16.
y Heliópolis (JIGRE 107-114)42
Se
trata de epitafios datados en época tolemaica, como los de Isaac, hijo
de Jacob (JIGRE 107 = CIJ 1482), Sabbatais, hijo de Ecdemo (JIGRE 108 =
CIJ 1483), Sebethois, hijo de Psonsneo (JIGRE 109 = CIJ 1484), José,
hijo de Fomounis (JIGRE 110 = CIJ 1485), Labois, hijo de Petos (JIGRE
111 = CIJ 1486) y Theon, hijo de Paos (JIGRE 114 = CIJ 1489). Textos en Horbury y Noy 2001, 185-196.
. Otras inscripciones de los siglos ii-i a. C. han sido halladas en Fayum (JIGRE 115)43
Una estela de Eleazar, hijo de Nicolao, para sí mismo y su mujer Irene (JIGRE 115 = CIJ 1531), del siglo ii a. C.: Ἐλεάζαρος Νικολάου | ἡγεμών ὑπὲρ ἑαυτοῦ | καὶ Εἰρήνης τῆς γυναι-|κὸς τὸ ὡρολόγιον | καὶ τὸ φρέαρ. Texto y comentario en Horbury y Noy 2001, 196-199.
, en el templo de Pan de El-Kanais (JIGRE 121-124)44
La
primera fue realizada por el judío Teódoto, hijo de Dorio, que vivió
entre los siglos II-I a. C. y que hizo constar su retorno de un viaje
marítimo (JIGRE 121 = CIJ ii 1537: θεοῦ εὐλογία. | Θευόδοτος Δωρίωνος | Ἰουδαῖος σωθεὶς ἐκ
πε-|λ<άγ>ους). La segunda es un agradecimiento de un contemporáneo
del anterior, Tolomeo, hijo de Dionisio (JIGRE 122 = CIJ ii 1538: εὐλογεῖ τὸν θεὸν. | Πτολεμαῖος | Διονυσίου | Ἰουδαῖος) y las
siguientes conmemoran la tercera visita de Lázaro al templo (Paneion
d’el-Kanaïs 73 = JIGRE 123: Λάζαρ[ος] | ἐ[λήλυθ]α̣ | τρ̣ί̣[τον]; Paneion
d’el-Kanaïs 24 = JIGRE 124: [---καὶ | Λά]ζαρ[ο]ς (?) | ἐλήλυ̣θαν
ἐ[νταῦ|θ]α τρίτον̣ ΥΝ[…|…]Υ[……]). Textos y comentario en Horbury y Noy 2001, 207-212.
, Tolemaida (SB 3 6184 = JIGRE 154)45
Consiste
en lista datada en el 138/137 a. C. que menciona a un judío en la col.
b, l. 19: Ἀβρὰμ Ἀλωσμαθοῦτος. Textos y comentario en Horbury y Noy 2001, 246-247.
y Hermópolis Magna (JIGRE 155-156)46
Se
trata de dos listas de soldados, la primera de las cuales (OGIS 182 =
Hermuopolis Magna 5 = JIGRE 155) está datada en el 79 a. C., y la
segunda (SB 5 8066 = Hermuopolis Magna 6 = JIGRE 156), en el 78 a. C. En
la primera aparecen los siguientes nombres judíos: col. i l. 19 Ὑρκανὸς Πτολεμαίου; 121 Χά̣βας Ἡροφῶντος; 124 Ἀπολλόδωρος
Ζαββδήλου; 133 Πτολεμαῖος Δωσιθέου. En la segunda, aparecen otros cinco:
col. i l. 65: Ἀγγίων Χρυσίππου; col. ii l. 88 Καινίων Κοσακάβου; 93 Χελκίας Διονυσίου; 112 Ἀγγίων Συνμάχου; col. iii l. 179 Μίλιχος Βαράκου. Textos y comentario en Horbury y Noy 2001, 247-250.
. Los papiros, asimismo, nos ayudan a completar la geografía de la Diáspora de los siglos iii-i a. C., en regiones como Fayum (CPJ 19-26; 28-47; 133-134), Dióspolis
Magna (CPJ 27; 543-551) y la Tebaida (CPJ 48-68; 73-94; 107-108; 135;
554), Coptos (CPJ 69), Apolinópolis Magna-Edfu (CPJ 70-72; 95; 111;
139-140; 521-541), Ombos (CPJ 96), Menfis (la carta de Herodes a Onías
en CPJ 132)47
La
carta «Ἡρώιδης Ὀνί[αι]» está datada en el 164 a. C. y se ha puesto en
relación con el exilio de los Oníadas. Texto y comentario en Tcherikover y Fuks 1957, 244-246.
, Heracleópolis (CPJ 136-137; 557-577)48
Entre los textos listados, el archivo del politeuma de Heracleópolis (CPJ 557-577) es especialmente interesante porque
muchos de sus documentos fueron redactados durante el sumo sacerdocio de
Simón, a saber: peticiones al πολιτάρχης Alejandro (CPJ 557-558)
en el 135 a. C. y al arconte (CPJ 559-563, 566, 568-572) en el 143-134
a. C., un documento de Estratón relativo a la liberación de los judíos
(CPJ 573) en el 143 a. C., una carta de los jueces de Peenpasbytis (CPJ
574) del 142 a. C. y otras misivas enviadas a las autoridades de la
comunidad judía (CPJ 575-576) en el 143-131 a. C. Textos en Hacham e Ilan 2020, 86-134.
,
Elefantina (CPJ 521), Hieracómpolis (CPJ 542), Hermópolis (CPJ 556) y
otras zonas del Alto Egipto (CPJ 98-106; 109-110; 112-124; 555; para los
textos, cf. Tcherikover y Fuks 1957, 131-255Tcherikover, Victor y Alexander Fuks. 1957. Corpus Papyrorum Judaicarum, volume I: The Ptolemaic Period. Cambridge: The Magnes Press, The Hebrew University, Harvard University Press.
; Hacham e Ilan 2020, 30-134Hacham, Noah y Tal Ilan. 2020. Corpus Papyrorum Judaicarum, volume IV. Oldenbourg: De Gruyter, Magnes.
).
En cuanto a la Cirenaica, la presencia de comunidades judías en esta región se remonta al siglo iv a. C. como mínimo, a juzgar por un sello de Avadyu, hijo de Yashav, encontrado en Cirene
49
ישב בן | לעבדיו. Texto en Levy 1869, 46-47 n.º 19.
.
Sin embargo, la llegada de mayores masas de población no se produjo
hasta tiempos de Tolomeo I, cuando este rey estableció en la provincia a
numerosos colonos militares (Joseph. Ap. ii 4 [44]). El avance de la comunidad queda plasmado en que el autor de la
obra resumida en el segundo libro de los Macabeos, Jasón de Cirene
(2Mac 2:23), procedía de esta zona. Asimismo, decía Estrabón (Joseph. AJ xiv 7, 2 [115-116]) que Cirene estaba conformada por cuatro sectores, uno
de los cuales era judío, y Agripa garantizó sus derechos (Joseph. AJ xvi 6, 5 [169-170]). Para el siglo i, Cirene contaba con una importante comunidad, como sostienen Josefo (Joseph. BJ vii 11, 1 [437-438]) y Artemidoro (Artem. iv 24), quien dejó constancia del sentimiento popular a través del
anagrama ΙΚΘ, Ἰουδαίοις Κυρεναίοις θάνατος (‘muerte a los judíos de
Cirene’), en alusión a los choques étnicos que tuvieron lugar en todo
Egipto (Joseph. AJ xvi 6, 1 [160-161]; BJ vii 11, 1-4 [437-543]). Simón, que llevó la cruz de Jesús durante su camino
al Gólgota (Mt 27:32; Mc 15:21; Lc 23:26), procedía de esta región, y
el Nuevo Testamento menciona a otros judíos cirenaicos (Hch 2:10; 6:9;
11:20). Asimismo, las pruebas arqueológicas confirman la existencia de
distintas comunidades durante el cambio de era (cf. Lüderitz 1983, 11-13, 48-50, 203, 213-214Lüderitz, Gert. 1983. Corpus jüdischer Zeugnisse aus der Cyrenaika. Wiesbaden: Dr. Ludwig Reichert Verlag.
), como es el caso de una lista de efebos (SEG xx 740 = CJZC 6) y de numerosos epitafios (SEG xxxiii 1420, 1454-1456, 1462-1464). Por lo tanto, se trata de una de los núcleos mejor conocidos (para los judíos de Cirene, cf. Applebaum 1979, 130-144Applebaum, Shimon. 1979. Jews and Greeks in ancient Cyrene. Leiden: Brill.
; Barclay 1998, 232-242Barclay, John M. G. 1998. Jews in the Mediterranean Diaspora: From Alexander to Trajan (323 BCE-117 CE). Edinburgh: T&T Clark.
; Hegermann 2008, 146-149Hegermann, Harald. 2008. «The Diaspora in the Hellenistic age». En The Cambridge History of Judaism, volume two. The Hellenistic Age, edición de William Davies y Louis Finkelstein, 115-166. Cambridge: Cambridge University Press.
; Paul 1982, 148-149Paul, André. 1982. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Cristiandad.
; Stern 1974, 133-137Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
; Tcherikover 1959, 290-291Tcherikover, Victor. 1959. Hellenistic Civilization and the Jews. Philadelphia, Jerusalem: The Jewish Publication Society of America, The Magnes Press, The Hebrew University.
). En cuanto a la segunda ciudad de la provincia, Berenice, conocemos un politeuma existente desde, al menos, finales del siglo i a. C., a partir de una inscripción datada en el 8-6 a. C. (CIG 5362 = CJZC 70; para los judíos de Berenice, cf. Applebaum 1979, 160-167Applebaum, Shimon. 1979. Jews and Greeks in ancient Cyrene. Leiden: Brill.
; Binder 1999, 257-262Binder, Donald D. 1999. Into the Temple Courts. The place of the Synagogues in the Second Temple Period. Atlanta: Society of Biblical Literature.
; Levine 2000, 96-104Levine, Lee I. 2000. The Ancient Synagogue: The First Thousand Years. New Haven: Yale University Press.
).
Finalmente,
Chipre, que también estuvo bajo el poder tolemaico cuando se escribió
1Macabeos, fue uno de los primeros establecimientos de la Diáspora (para
los judíos chipriotas, cf. Binder 1999, 269-270Binder, Donald D. 1999. Into the Temple Courts. The place of the Synagogues in the Second Temple Period. Atlanta: Society of Biblical Literature.
; Paul 1982, 138-139Paul, André. 1982. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Cristiandad.
; Stern 1974, 154-155Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
; Tcherikover 1959, 291Tcherikover, Victor. 1959. Hellenistic Civilization and the Jews. Philadelphia, Jerusalem: The Jewish Publication Society of America, The Magnes Press, The Hebrew University.
), ya que tres inscripciones de Kition (Larnaka) confirman la presencia de una colonia judía en la isla desde el siglo iv a. C. En concreto, se trata de tres epitafios, pertenecientes respectivamente a un tal Ageo (IJO Cyp6)
50
זל|בר נסך רן | ימ+א vac. | עבד בן vac. |אר+ חגי. Texto y comentario en Noy y Bloedhorn 2004, 223-225.
, hijo de Abdías, hijo de un herrero; a Muttun-Ashtart (IJO Cyp7)51
הספרם רב שלם בן מתן בן עזריהו בן עשתרת-למתנ. Texto y comentario en Noy y Bloedhorn 2004, 226.
, hijo de Azarías, hijo de Muttun, hijo de Shalom, jefe de los escribas; y a Shalom (IJO Cyp8)52
אספיהו בן לשלום. Texto y comentario en Noy y Bloedhorn 2004, 226.
, hijo de Asaphyahu. De hecho, Kition dio origen al topónimo Kittim (כתים), que designaba primero a Chipre (Ge 10:4; 1Cr 1:7; Is 23:1),
posteriormente a las islas del Mediterráneo (Ez 27:6; Je 2:10), a
Macedonia (1Mac 1:1; 8:5) y, finalmente, a Roma (Da 11:30; 1QM; 4Q285;
4Q549; 4Q161; 4Q169; 1QpHab). Asimismo, Josefo comenta la prosperidad de
los judíos chipriotas en época asmonea (Joseph. AJ xiii 10, 4 [284-287]) y, si bien la isla fue anexionada a Roma en el 58 a.
C., Augusto otorgó los beneficios de la mitad de las minas de cobre de
la isla a Herodes I (Joseph. AJ xvi 4, 5 [127-129]). Asimismo, Alejandra, hija de Fasael, contrajo matrimonio con Timio de Chipre (Joseph. AJ xviii 5, 4 [131]), de donde procedían Bernabé (Hch 4:36), Mnasón (Hch 21:16) y
Bar-Jesús (Hch 13:6). Los viajes misioneros confirman, asimismo, la
presencia judía en la isla (Hch 11:19-20; 13:4-12) y mencionan ciudades
como Salamina (Hch 13:4-5) y Pafos (Hch 13:13). Todos estos datos, a los
que podemos sumar la información aportada por Filón (Philo, Leg. 282), sugieren una estrecha relación entre el mundo judío y la isla (Kapera 2009, 33-42Kapera, Zdzisław J. 2009. «The Jewish presence in Cyprus before AD 70». Scripta Judaica Cracoviensia 7: 33-44.
), como demuestran los hallazgos monetarios en Curium (Cox 1959, 25-26 n.os 191-194, 196-197Cox, Dorothy H. 1959. «Coins from the Excavations at Curium, 1932-1953». Numismatic Notes and Monographs 145: 1-125.
)53
N.º
191. Æ prutá, Alejandro Janeo. Anverso: היהודים וחבר הגדול הכהן ינתן
(Yonatán el sumo sacerdote y el consejo de los judíos) en guirnalda.
Reverso: doble cornucopia, granada en el centro. N.º 192. Æ prutá,
Alejandro Janeo. Anverso: ancla rodeada por la leyenda BAΣIΛEΩΣ
AΛEΞANΔΡOY. Reverso: estrella de ocho puntas; המלך יהונתן (Yehonatán el
rey). N.º 193. Æ prutá, Herodes Arquelao. Anverso: racimo de uvas;
HΡΩDOΥ. Reverso: casco con doble cresta; EΘN. N.º 194. Æ prutá, Herodes
Filipo II. Anverso: cabeza de Tiberio a la derecha. Reverso: templo
tetrástilo. N.º 196. Æ prutá, Herodes Agripa I. Anverso: conopeo;
leyenda AΓPIΠA BACIΛEΩC. Reverso: tres espigas de trigo. N.º 197. Æ
prutá, Agripa II. Anverso: mano, leyenda ilegible (presumiblemente
BACIΛEΩC MAPKOY AΓPIΠΠOY). Reverso: monograma K (año 6), leyenda
ilegible (presumiblemente EOYC AI TOY = año 11).
, Karpas (Harvey 2015, 157-160 n.os 5-14, pl. 38Harvey, Craig A. 2015. «A Possible Hoard of Judaean and Nabataean Coins from Cyprus». American Journal of Numismatics 27: 155-177.
)54
N.º
5. Æ prutá, Juan Hircano I. Anverso: יהוחנן הכהן הגדול וחבר היהודים
(Yehohanán el sumo sacerdote y el consejo de los judíos) rodeado por
guirnalda. Reverso: doble cornucopia, granada en el centro. N.os 6-7. Æ prutá, Juan Hircano I. Anverso: leyenda paleo-hebrea incompleta,
rodeada por guirnalda. Reverso: doble cornucopia, granada en el centro.
N.º 8. Æ prutá, Aristóbulo I. Anverso: היהודים וחבר הגדול הכהן יהודה
(Yehuda el sumo sacerdote y el consejo de los judíos) rodeado por
guirnalda. Reverso: doble cornucopia, granada en el centro. N.º 9. Æ
prutá, Alejandro Janeo. Anverso: leyenda paleo-hebrea en guirnalda.
Reverso: doble cornucopia, granada en el centro. N.os 10-11. Æ
prutá, Alejandro Janeo. Anverso: היהודים וחבר הגדול הכהן יהונתן
(Yehonatán el sumo sacerdote y el consejo de los judíos) rodeado por
guirnalda. Reverso: doble cornucopia, granada en el centro. N.º 12. Æ
prutá, Alejandro Janeo. Anverso: estrella de ocho puntas en diadema;
המלך יהונתן entre los rayos. Reverso: BAΣIΛEΩΣ AΛEΞANΔΡOY alrededor de
ancla. N.º 13. Æ prutá, Salomé Alejandra como reina regente. Anverso:
היהודים וחבר הגדול הכהן ינתן en guirnalda. Reverso: doble cornucopia,
granada en el centro. N.º 14. Æ prutá, Salomé Alejandra como reina
regente. Anverso: leyenda paleo-hebrea ilegible en guirnalda. Reverso:
doble cornucopia, granada en el centro.
y Pafos (Michaelidou-Nicolaou 1993, 19 n.º 14Michaelidou-Nicolaou, Ino. 1993. «Four Ptolemaic/Roman Hoards from Cyprus». The Numismatic Chronicle 153: 11-29.
)55
N.º 14. Æ prutá, Herodes Arquelao. Anverso: racimo de uvas; HΡΩDOΥ. Reverso: casco con doble cresta; EΘN.
.
Asimismo, en Curium existe una prueba que podría ser contemporánea a
Simón, ya que la inscripción de Onías (I.Kourion 70 = IJO Cyp5)56
[- -]αν Ὀνίας. Texto y comentario en Noy y Bloedhorn 2004, 222-223.
ha sido datada entre los siglos ii y i a. C. El resto de inscripciones se corresponde con la época imperial,
como un voto de Rabbi Ático (IJO Cyp1) en Lapethos (Karavas), un sello
de Morfou (SEG LI 1894 = IJO Cyp2), una inscripción de Joses en Golgoi
(BCH 95 332,17 = IJO Cyp3) y un archisynagogos de Salamina (Salamine xiii 200 = IJO Cyp4).
6. Los lugares olvidados
⌅Junto a las regiones mencionadas, existen otras cuatro ciudades que, sin ser mencionadas en el texto, debían de contar con presencia judía en el siglo ii a. C. La primera de ellas es Oropo, ciudad ática donde vivió el judío heleno más antiguo conocido hasta el momento, llamado Moscos, hijo de Mosquión, entre el 300 y el 250 a. C. (CIJ 711b = IJO Ach45 = CIJG 96) 57 [---------ἐφ’ ὧι τε] Μόσχον Φρ̣[υνίδαι παραμένειν ἐνιαυ-]|τὸν καὶ εἶναι ἐλεύθερον μη[θενὶ μηθ]ὲν | προσήκοντα· ἐὰν δέ τι πάθηι Φρυνίδας | πρὸ τοῦ τὸγ χρόνον διεξελθεῖν, ἐλεύθερο[ς] | ἀπίτω Μόσχος οὗ ἂν αὐτὸς βούληται. | Τύχηι ἀγαθῆι. Μάρτυρες· Ἀθηνόδωρος | Μνασικῶντος Ὠρώπιος, Βίοττος Εὐδίκου | Ἀθηναῖος, Χαρῖνος Ἀντιχάρμου Ἀθηναῖος, | Ἀθηνάδης Ἐπιγόνου Ὠρώπιος, Ἵππων Αἰσχύ-|λου Ὠρώπιος· Μόσχος Μοσχίωνος Ἰουδαῖος | ἐνύπνιον ἰδὼν προστάξαντος τοῦ θεοῦ | Ἀμφιαράου καὶ τῆς Ὑγείας καθ’ ἃ συνέταξε | ὁ Ἀμφιάραος καὶ ἡ Ὑγίεια ἐν στήληι γράψαντα | ἀναθεῖναι πρὸς τῶι βωμῶι. Texto y comentario en Battinou 2018, 240-243; Frey 1975a, 82; Lewis 1957; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 177-180. . Este ejemplo constituye una muestra del comercio de esclavos judíos, negocio que trató de acrecentar el general Nicanor (1Mac 3:40; 2Mac 8:10-11) cuando planeó vender a los hombres de Judas. El segundo lugar que no es mencionado en la lista es Delfos, en Beocia, donde tenemos testimonio de una comunidad judía contemporánea a la revuelta macabea. En concreto, se trata de tres manumisiones, a favor de un tal Judío en el 163/162 a. C. (SGDI ii 2029 = CIJ 710 = IJO Ach42 = CIJG 97)58 [ἄρ]χοντο[ς Ἐμμενίδα τοῦ] Καλλία [μ]ηνὸς Ἀπελλαί[ου], ἐπὶ το[ῖσδε ἀπ]έ-|δοτο Κλέων Κλευδάμου, συνεπαινεούσας Ξενοφανείας τᾶς [μα]τρὸς | Κλευδάμου, τῶι Ἀπόλλωνι τῶι Πυθίωι σῶμα ἀνδρεῖον ὧι ὄνομα | Ἰουδαῖος τὸ γένος Ἰουδαῖον, τιμᾶς ἀργυρίου μνᾶν τεσσάρων, ἐ-|φ’ ὧιτε ἐλεύθερον εἶμεν καὶ ἀνέφαπτον ἀπὸ πάντων τὸμ πάντα | βίον, καθὼς ἐπίστευσε Ἰουδαῖος τῶι θεῶι τὰν ὠνάν, ποιέων ὅ κα θέ-|ληι. βεβαιωτῆρες κατὰ τὸν νόμον τᾶς πόλιος· Ξένων Γλαύκου, Ἀριστίων | Ἄγωνος. μάρτυρες· τοὶ ἱερεῖς τοῦ Ἀπόλλωνος Ἀμύντας, Ταραντῖνος | καὶ τοὶ ἄρχοντες Ἀριστίων, Ἄσανδρος, Ἀριστόμαχος, ἰδιῶται | Σωδαμίδας, Θεύφραστος, Τείσων, Γλαῦκος Ξένωνος, Μένης. Texto y comentario en Battinou 2018, 244-245; Frey, 1975b, 513; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 169-171. , de Antígona, Teodora y Dorotea, en el 158/157 a. C. (SGDI ii 1722 = CIJ 709 = IJO Ach43 = CIJG 98)59 ἄρχοντος Ἄρχωνος τοῦ Καλλία μηνὸς Ἐνδυσποιτροπίου, ἀπέδοτο Ἀ-|τισίδας Ὀρθαίου τῶι Ἀπόλλωνι τῶι Πυθίωι σώματα γυναικεῖα τρία αἷς ὀ-|νόματα Ἀντιγόνα τὸ γένος Ἰουδαίαν καὶ τὰς θυγατέρας αὐτᾶς Θεοδώραν | καὶ Δωροθέαν, τιμᾶς ἀργυρίου μνᾶν ἑπτά, καὶ τὰν τιμὰν ἔχει πᾶσαν. βεβαι-|ωτὴρ κατὰ τὸν νόμον τᾶς πόλιος· Εὔδοκος Πραξία Δελφός. καθὼς ἐπί-|στευσε Ἀντιγόνα καὶ Θευδώρα καὶ Δωροθέα τῶι θεῶι τὰν ὠνάν, ἐφ’ ὧιτε ἐ-|λεύθεραι εἶμεν καὶ ἀνέφαπτοι ἀπὸ πάντων τὸν πάντα βίον. εἰ δέ τις ἅπτοι-|το ἐπὶ καταδουλισμῶι αὐτᾶν, βέβαιον παρεχέτω ὅ τε ἀποδόμενος Ἀτει-|σίδας καὶ ὁ βεβαιωτὴρ Εὔδοκος· εἰ δὲ μὴ παρέχοιν βέβαιον τὰν ὠνὰν τῶι | θεῶι ὅ τε ἀποδόμενος καὶ ὁ βεβαιωτήρ, πράκτιμοι ἐόντω κατὰ τὸν νόμον. | ὁμοίως δὲ καὶ οἱ παρα[τ]υγχάνοντες κύριοι ἐόντω συλέοντες | αὐτὰς ὡς ἐλευθέρας ἐούσας ἀζάμιοι ἐόντες καὶ | ἀνυπόδικοι πάσας δίκας καὶ ζαμίας. μάρτυροι· ὁ ἱε-|ρεὺς τοῦ Ἀπόλλωνος Ἀμύντας καὶ οἱ ἄρχοντες | Νίκαρχος, Κλέων Δαμοσθένεος, Ἁγίων Ἐκεφύλου, | ἰδιῶται Ἄρχων Νικοβούλου, Εὔδωρος Ἀμύντα. Texto y comentario en Battinou 2018, 246-247; Frey, 1975b, 512-513; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 171-173. y de otro Judío del siglo ii-i a. C. (FD III 2, 247 = CIJ 711 = IJO Ach44 = CIJG 99)60 ἄρχοντος Ἡρακλείδ[α], μη[ν]ὸς Ποιτροπίου, ἀπέδοτο Ἰο[υδ]α[ῖο]ς Πινδάρου, συνευδοκέοντος τοῦ υἱ]-|οῦ Πινδάρου, τῶι [Ἀ]πόλ[λω]νι σῶμα ἀνδρεῖον, ὧι ὄνομα [Ἀμ]ύντας, ἐπ’ ἐλευθερίαι, τιμᾶς ἀργυρίου | μνᾶν πέντε, καὶ τὰν τιμὰ[ν ἔ]χει. βεβαιωτήρ· Κλέων Κευδά[μο]υ. παραμεινά[τω] δὲ Αμύντας παρὰ Ἰουδαῖ[ο]ν, | ἕως κα ζῇ Ἰουδαῖος, ποιέων τὸ ποτιτασσόμενον πᾶν τὸ δυ[να]τόν. εἰ δὲ μή, κύριος ἔστω Ἰουδαῖ[ο]ς | [ἐπι]τιμέων Ἀμύνται ὥς κα φαίνηται αὐτῶι, πλὰμ μὴ πωλέ[ων]. ἐπ[εὶ δ]ὲ κά τι π[άθ]ῃ Ἰουδαῖος, ἐλεύθερος ἔστω |[Ἀμύν]τας, καθὼς πεπίστευκε τὰν ὠνὰν τῶι θεῶι Ἀμύντας, ὥσ[τε] ἐλεύθερος εἶμεν καὶ ἀνέφαπτος ἀπὸ πάν-|[των τ]ὸν πάντα βίον. εἰ δέ τις ἐφάπτοιτο Ἀμύντα ἐπὶ καταδουλισμῶι, κύριος ἔστω συλέων ὁ παρατυ-|[χὼν ὡς] ἐλεύθερον ὄντα, καὶ ὁ βεβαιωτὴρ βεβαιούτω τὰν ὠνὰν τῶι [θε]ῶι. μάρτυροι· οἱ ἄρχοντε[ς Νικάτας, Σώ]-|[στρατος, Καλλία]ς, καὶ ἰδιῶται Τιμοκλῆς, Ξενόκριτος, Σώστρατος, Ταράντινος, Φ[ιλ]οκράτης. Texto y comentario en Battinou 2018, 248-249; Frey, 1975b, 514; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 173-176. . Asimismo, en Rinia (Reneia), la isla más cercana a Delos, se han documentado dos inscripciones datadas entre los siglos ii-i a. C. Se trata de dos epitafios con sendas maldiciones, la primera (IDelos 2532 = CIJ 725a = SIG iii3 1181= IJO Ach70 = CIJG 62)61 (a) ἐπικαλοῦμαι καὶ ἀξιῶ τὸν θεὸν τὸν | ὕψιστον τὸν κύριον τῶν πνευμάτων | καὶ πάσης σαρκός, ἐπὶ τοὺς δόλωι φονεύ-|σαντας ἢ φαρμακεύσαντας τὴν τα-|λαίπωρον ἄωρον Ἡράκλεαν, ἐχχέαν-|τας αὐτῆς τὸ ἀναίτιον αἷμα ἀδί-|κως, ἵνα οὕτως γένηται τοῖς φονεύ-|σασιν αὐτὴν ἢ φαρμακεύσασιν καὶ | τοῖς τέκνοις αὐτῶν, Κύριε ὁ πάντα ἐ-|φορῶν καὶ οἱ ἄνγελοι θεοῦ, ᾧ πᾶσα ψυ-|χὴ ἐν τῇ σήμερον ἡμέραι ταπεινοῦτα[ι] | μεθ’ ἱκετείας ἵνα ἐγδικήσῃς τὸ αἷμα τὸ ἀ-|ναίτιον ζητήσεις καὶ τὴν ταχίστην | (b) ἐπικαλοῦμαι καὶ ἀξιῶ | τὸν θεὸν τὸν ὕψιστον τὸν | κύριον τῶν πνευμάτων | καὶ πάσης σαρκός, ἐπὶ τοὺς | δόλῳ φονεύσαντας ἢ φαρ-|μακεύσαντας τὴν ταλαί-|πωρον ἄωρον Ἡράκλεα[ν], | ἐχχέαντας αὐτῆς τὸ ἀν[αί]-|τιον αἷμα ἀδίκως, ἵνα ο[ὕ]-|τως γένηται τοῖς φονεύ-|σασιν αὐτὴν ἢ φαρμακεύσα-|σιν καὶ τοῖς τέκνοις αὐτῶν, | Κύριε ὁ πάντα ἐφορῶν καὶ | οἱ ἄνγελοι θεοῦ, ᾧ πᾶσα ψυ-|χὴ ἐν τῇ σήμερον ἡμέρᾳ | ταπεινοῦται μεθ’ ἱκεκετεί-|ας ἵνα ἐγδικήσης τὸ α[ἷ]-|[μ]α τὸ ἀναίτιον ζητή-|σεις καὶ τὴν ταχίστην. Texto y comentario en Battinou 2018, 156-157; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 235-239. de una tal Heraclea, y la segunda (IDelos 2532 = IJO Ach71 = CIJG 63)62 [ἐπικ]αλοῦ[μαι καὶ ἀξιῶ τὸν θεὸν τὸν ὕ]-|[ψ]ιστον [τὸν κύριον] τῶν [πνευμάτων] | [κ]αὶ πάσ[ης σαρκὸ]ς ἐπὶ τοὺς δ[όλωι] |φον[έυσαντα]ς ἢ φαρμακεύσαν-|τα[ς τὴν ταλα]ίπωρον ἄωρον Μαρ-|θίν[ην ἐγχέαν]τας αὐτῆς τὸ ἀναίτι-|ον αἷμ[α ἀδίκω]ς, <ἵ>να οὕτως γένηται | τοῖς φον[εύσα]σιν αὐτὴν ἤ φαρμακεύ-|σασιν καὶ τοῖς τέκνοις αὐτῶν, Κύριε | ὁ πάντα ἐ[φ]ορῶν καὶ οἱ ἄνγελοι θεοῦ, ὧι | πᾶσα ψυχὴ ἐν τῆι σήμερον ἡμέραι τα-|πεινοῦται μεθ’ ἱκετείας, ἵνα ἐκδικήσῃς | τὸ αἷμα τὸ ἀναίτιον καὶ τὴν ταχίστην. Texto y comentario en Battinou 2018, 158-159; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 239-242. de Martina. El hecho de la isla que no se mencione en el texto podría deberse, por lo tanto, a que dependiese de los delios. En cuanto a Atenas, un documento de Hircano II (Joseph. AJ xiv 8, 5 [143-155]) recuerda las relaciones diplomáticas iniciadas por Juan Hircano I, política que continuaría en los siguientes años, a juzgar por las inscripciones honoríficas de Herodes I (OGIS 414 = IJO Ach38; OGIS 427 = IG ii² 3441 = IJO Ach39). El descubrimiento del epitafio de un tal Simón, hijo de Ananías (IG ii² 4120 = IJO Ach 33 = CIJG 87)63 Σῖμ vac ν | Ἀνανίου. Texto y comentario en Battinou 2018, 222-223; Noy, Panayotov y Bloedhorn 2004, 156-157. , podría sugerir la presencia de una comunidad contemporánea a este documento, ya que la inscripción ha sido datada en el siglo ii a. C.
Por otro lado, Luis García Iglesias (1978, 41)García Iglesias, Luis. 1978. Los judíos en la España antigua. Madrid: Cristiandad.
,
uno de los mayores expertos en la judería hispánica, teorizó sobre la
posibilidad de que algunos compañeros hispanos o romanos informasen a
Judas sobre la evolución política del Occidente mediterráneo, ya que el
primer libro de los Macabeos sostiene acertadamente que la República se
encontraba inmersa en plena conquista de Hispania a causa de los metales
preciosos allí presentes (1Mac 8:3). Sin embargo, teorizar sobre una
eventual presencia judía en torno al 160-140 a. C. es todavía una
cuestión imposible de confirmar, aunque la llegada de comerciantes
habría dejado constancia en pruebas materiales como la moneda
descubierta en Torre d’en Galmés (Alayor, Menorca; cf. Obrador Cursach 2020, 241-243Obrador
Cursach, Bartomeu. 2020. «La petjada jueva a l’epigrafia antiga de les
Illes Balears i les Pitiüses: una revisió de conjunt». En Els jueus a les Balears: presència, expulsió i repressió. Menorca, 22, 23 i 24 de novembre de 2018, edición de Jordi Maíz Chacón, 235-250. Palma: Institut d’estudis baleàrics.
)
64
Æ
prutá, Alejandro Janeo. Anverso: היהודים וחבר הגדול הכהן יהונתן
rodeado por guirnalda. Reverso: doble cornucopia, granada en el centro.
, otras cinco prutot halladas en Balaguer (Lérida; cf. Balaguer 1979, 381-385Balaguer,
Anna M. 1979. «Troballa de sis coures i de tres fulus orientals al
castell de Balaguer. Revissió del’ “Hallazgo Monetario” número 1150». En II Symposium Numismático de Barcelona, 381-385. Barcelona: Institut d'Estudis Catalans.
; Zorea 2018, 104Zorea, Carlos. 2018. «Judean Coins Unearthed in Spain: First Century BCE to First Century CE». Israel Numismatic Research 13: 101-120.
)65
N.os 1-5. Æ prutot,
Alejandro Janeo. Anverso: ancla rodeada por la leyenda BAΣIΛEΩΣ
AΛEΞANΔΡOY. Reverso: estrella de ocho puntas; leyenda hebrea ilegible.
, una pieza en Arcóbriga (Monreal de Ariza, Zaragoza; cf. Alfaro Asins 1988, 63Alfaro
Asins, Carmen. 1988. «Monedas con indicación de procedencia
recientemente integradas en la sección de Numismática del M.A.N. III». Boletín del Museo Arqueólogo Nacional VI, 1-2: 59-79.
; Zorea 2018, 105Zorea, Carlos. 2018. «Judean Coins Unearthed in Spain: First Century BCE to First Century CE». Israel Numismatic Research 13: 101-120.
)66
Æ
prutá, Alejandro Janeo. Anverso: ancla rodeada por la leyenda BAΣIΛEΩΣ
AΛEΞANΔΡOY. Reverso: estrella de ocho puntas; המלך יהונתן.
y dos prutot herodianas en Emporion (Ampurias, Gerona; cf. García Iglesias 1978, 58-59García Iglesias, Luis. 1978. Los judíos en la España antigua. Madrid: Cristiandad.
; Ripoll, Nuix y Villaronga 1976Ripoll, Eduard, José María Nuix y Leandre Villaronga. 1976. «Monedas de los judíos halladas en las excavaciones de Emporiae». Nvmisma XXVI 138-143: 59-66.
; Zorea 2018, 105-107Zorea, Carlos. 2018. «Judean Coins Unearthed in Spain: First Century BCE to First Century CE». Israel Numismatic Research 13: 101-120.
)67
N.º
1. Æ prutá, Herodes I. Anverso: ancla, leyenda (presumiblemente HΡΩΔOY
BAΣIΛEΩΣ). Reverso: doble cornucopia, en medio caduceo. N.º 2. Æ prutá,
Herodes Arquelao. Anverso: racimo de uvas, leyenda HRΩDOY. Reverso:
casco con doble cresta; leyenda EΘN.
, datos que, para Aryeh Kindler (1996)Kindler, Arie. 1996. «Numismatic evidence of a possible early Jewish settlement in North-Easter Spain». En Studies on the Jewish Diaspora in the Hellenistic and Roman Periods, edición de Benjamin Isaac y Aharon Oppenheimer, 191-198. Tel-Aviv: Ramot Publishing.
,
podrían indicar la existencia de una comunidad asentada en la región
tarraconense. Las siguientes pruebas están representadas por el sello
hebreo de un tal David ([ד ]דו) en Ibiza (JIWE 178), del siglo i (Noy 1993, 239Noy, David. 1993. Jewish inscriptions of Western Europe Volume 1: Italy (excluding the City of Rome), Spain and Gaul. Cambridge / New York / Victoria: Cambridge University Press, 1993.
) y el epitafio de Alucio Roscio de Villamesías (JIWE 188), datado entre los siglos i-iii.
Si estos datos sumamos los deseos de Pablo por visitar la península
ibérica (Rm 15:24-28), podemos suponer que, al menos desde los siglos i a. C. ‒ i d. C. existían comunidades judías asentadas en las Hispanias (Rabello 1996, 160-163Rabello, Alfredo M. 1996. «The Situation of the Jews in Roman Spain». En Studies on the Jewish Diaspora in the Hellenistic and Roman Periods, edición de Benjamin Isaac y Aharon Oppenheimer, 160-190. Tel Aviv: Tel-Aviv University / Ramot Publishing.
).
Finalmente, frente a la imagen positiva de las relaciones judeo-romanas
que aparece en el primer libro de los Macabeos, sabemos que, durante el
consulado de Marco Popilio Lenas y de Lucio Calpurnio Pisón (139 a.
C.), el pretor peregrino Cneo Cornelio Híspalo ordenó la expulsión de
los judíos y caldeos de Roma a causa de su proselitismo, según dos
epítomes tardíos de la obra de Valerio Máximo (Val. Max., Julio Paris I
3, 3; Januario Nepociano 3, 2)68
Versión de Julio Paris: Cn.
Cornelius Hispalus praetor peregrinus, M. Popilio Laenate, L. Calpurnio
consulibus, edicto Chaldaeos citra decimum diem abire ex urbe atque
Italia iussit, levibus et ineptis ingeniis fallaci siderum
interpretatione quaestuosam mendaciis suis caliginem inicientes. Idem
Iudaeos, qui Sabazi Iovis cultu Romanos inficere mores conati erant,
repetere domos suas coegit. Versión de Januario Nepociano: Caldeos
igitur Cornelius Hispalus urbe expulit et intra decem dies Italia abire
iussit ne peregrinam scientiam uenditarent. Iudaeos quoque, qui Romanis
tradere sacra sua conati erant, idem Hispalus urbe exterminauit arasque
priuatas e publicis locis abiecit. Textos en Smallwood 2008, 172-177. Para la historia de los judíos en Roma, cf. Barclay 1998, 282-319; Cappelletti 2006, 33-44; Leon 1960, 1-45; Paul 1982, 150-152; Stern 1974, 160-170, 180-182.
. Por ello, es probable que el Lucio aludido sea el cónsul del 142 a. C.
7. Conclusiones
⌅Son numerosas las obras que tratan la distribución de la Diáspora (para una panorámica general, cf. Barclay 1998, 19-47, 231-319Barclay, John M. G. 1998. Jews in the Mediterranean Diaspora: From Alexander to Trajan (323 BCE-117 CE). Edinburgh: T&T Clark.
; Hegermann 2008Hegermann, Harald. 2008. «The Diaspora in the Hellenistic age». En The Cambridge History of Judaism, volume two. The Hellenistic Age, edición de William Davies y Louis Finkelstein, 115-166. Cambridge: Cambridge University Press.
; Paul 1982, 99-152Paul, André. 1982. El mundo judío en tiempos de Jesús. Historia política. Madrid: Cristiandad.
; Smallwood 2008Smallwood, E. Mary. 2008. «The Diaspora in the Roman period before CE 70». En The Cambridge History of Judaism, volume three. The Early Roman Period, edición de William Horbury, William D. Davies y John Sturdy, 168-191. Cambridge: Cambridge University Press.
; Stern 1974Stern, Menahem. 1974. «The Jewish Diaspora». En The
Jewish people in the first century. Historical geography, political
history, social, cultural and religious life and institutions volume I, editado por Shmuel Safrai y Menahem Stern, 117-183. Philadelphia: Fortress Press.
),
aunque en el presente trabajo se ha pretendido reconstruir el mapa de
la misma en relación a la lista conservada por las fuentes proasmoneas
en tiempos del sumo sacerdote Simón, partiendo de la clásica idea según
la cual 1Mac 15:22-23 enumera las regiones con presencia judía. Entre
los lugares mencionados, que incluyen estados helenísticos, regiones y
ciudades libres en torno al 140 a. C., tenemos información inequívoca (tabla 1)
de la existencia de comunidades judías en nueve casos (Antioquía de
Siria, Pérgamo, Babilonia, Esparta, Delos, Rodas, Caria, Egipto,
Cirenaica y Chipre). Para otras siete regiones y ciudades (Capadocia,
Panfilia, Licia, Sámpsamo-Amisus, Cos, Samos y Gortina), las pruebas
literarias y arqueológicas afloran entre los siglos i a. C. ‒ i d. C., por lo que caben en este punto dos opciones: la consolidación de
las comunidades a partir de pequeños asentamientos existentes durante
la revuelta macabea o el establecimiento de las mismas a lo largo de la
época asmonea. Para el resto de casos tratados tenemos o bien datos que
nos sugieren una presencia muy posterior (Side y Mindos) o bien nulo
testimonio arqueológico (Fasélide, Cnido y Sición), aunque en otros
casos podemos confirmar la presencia judía gracias a las fuentes
literarias, pese a la falta de restos materiales (Arados y Halicarnaso).
La lista de casos problemáticos resultante plantea algunas
posibilidades: por ejemplo, que pequeños grupos judíos orientales no
hayan dejado constancia de elementos identificadores (epígrafes o
sinagogas), o que nunca hubiese comunidades allí presentes. Sin embargo,
aunque tomemos como punto de partida la negación de la historicidad del
documento, la consideración de la lista como el itinerario de la
embajada o como un reflejo de la influencia romana no explica la
inclusión en el texto de regiones tan diversas. Asimismo, la exclusión
de Rinia en el texto podría deberse a su carácter dependiente con
respecto a Delos, y la llegada de esclavos judíos a Oropo o Delfos
podría haber sido desconocida por las autoridades asmoneas. Por otro
lado, el texto no solo aporta evidencias positivas de la Diáspora en el
siglo ii a. C., sino
también negativas, ya que la presencia judía en otras zonas obviadas por
la fuente (Galia, Hispania, el Bósforo, África y Panonia) es posterior
al sumo sacerdocio de Simón. Otra posibilidad permitiría plantear que la
lista incluye regiones con presencia judía consolidada y zonas sobre
las que existían intereses comerciales por parte de la dinastía asmonea,
especialmente si tenemos en cuenta el papel económico de muchas de las
islas mencionadas, como Delos, Cos, Rodas, Mindos o Creta, cuya
naturaleza interesaba a Simón si tenemos en cuenta su elogio, que
celebra la salida al mar conseguida con la toma de Jope (1Mac 14:5) o la
construcción del mausoleo dinástico, que podía ser visto por los
marineros (1Mac 13:29). Esta idea podría reafirmarse con la
representación de anclas en las monedas de Alejandro Janeo y en el hecho
de que, en la tumba de Jasón se representa una nave (Rahmani 1967, 69-75 fig. 5Rahmani, Levi Y. 1967. «Jason’s Tomb». Israel Exploration Journal 17: 61-100.
). En cualquier caso, si comparamos el mapa sugerido por el primer libro de los Macabeos para el siglo ii a. C. y las fuentes literarias que nos informan sobre la misma en el siglo i d. C. (Josefo, Filón y los Hechos), observamos un imparable proceso de expansión del judaísmo.
Lugar | Fuentes literarias | Fuentes arqueológicas |
Antioquía | Joseph. Ap. ii 4 (39) 2Mac 7 |
- |
Apamea | Joseph. AJ xii 3, 1 (119) | - |
Atenas | Joseph. AJ xiv 8, 5 (143-155) | IJO Ach33 |
Babilonia | 2Re 24:14-16; 25-26; 2Cr 36:6-7; Je 39:1-10; 41:16-43:7; 52:18-30 ; Ez 3:15 ; Da 1:1; Esd 7:1-10; Neh 2:1; Est 1:1a-l; Sal 137 Joseph. Ap. i 19 (132-133) |
- |
Caria | - | Iasos 131 = IJO Asia 21 |
Chipre | - | IJO Cyp5-8 |
Cirene | 2Mac 2:23 | Levy 1869, 46-47 N.º 19Levy, Moritz Abraham. 1869. Siegel und Gemmen. Breslau: Verlag der Schletters’schen Buchhandlung. |
Delfos | - | IJO Ach42-44 |
Delos | - | Sinagoga, Plassart 1914, 523-534Plassart, André. 1914. «La synagogue juive de Délos». Revue Biblique 11, 4: 523-534. IJO Ach62-63, 65 Casa, Bruneau y Ducat, 2005, 252Bruneau, Philippe y Jean Ducat. 2005. Guide de Délos. Paris: Ecole française d'Athènes. |
Egipto | Je 44:1; 46:14 Arist. §§ 1-322 |
JIGRE 9; 14; 22; 24-25; 27-28; 117 |
Esparta | 1Mac 12:1-23; 2Mac 5:9 Joseph. AJ xii 4, 10 (223-227) |
- |
Frigia | Is 66:18; Ez 38:2-3; 39:1 Joseph. AJ xii 3, 1 (119); xii 3, 4 (147) |
- |
Gárgara | - | CPJ 564 |
Hircania | Oros. iii 7, 6-7 | - |
Jonia | Ez 27:13; Za 9:13 Joseph. AJ xii 3, 1 (125) |
- |
Lidia | Is 66:19; Ez 27:10; 30:5 Joseph. AJ xii 3, 4 (147) |
- |
Oropo | - | CIJ 711b = IJO Ach45 = CIJG 96 |
Pérgamo | Joseph. AJ 10, 22 (247-255) | - |
Rinia | - | IJO Ach70-71 |
Rodas | - | IJO Asia 9, 11 |
Roma | Val. Max. i 3, 3 / 3, 2 | - |
Sardes | Ab 1:20 | - |
Susa | Est 1:1; Da 8:2 | - |
Por
último, el hecho de que la dinastía se interesase por la situación de
la Diáspora a través de las cartas a los judíos de Egipto (2Mac
1:1-2:18), la mediación de Simón (1Mac 15:23-24), la amenaza a Teodosio
de Roma (bBer 19a) por parte de Simón ben Setaj y los decretos
cesarianos (Joseph. AJ xiv 10, 1-9 [185-216]) y post-cesarianos (Joseph. AJ xiv 10, 10-26 [217-267]; 12, 3-6 [306-323]) podrían ser muestras de la
ideología asmonea, que, teñida en numerosas ocasiones de mesianismo
69
Algunos
ejemplos de este revestimiento mesiánico de los Asmoneos se encuentran
en las bendiciones de Matatías a sus hijos (1Mac 2:49-70); el elogio de
Simón (1Mac 14:1-15) y su decreto honorífico (1Mac 14:25-49); los tres
dones de Juan Hircano I (Joseph. AJ xiii 10, 7 [299-300]), la tradición popular que le comparaba con Elías
(Targum Jonatán De 33:11) o la voz angelical de la Bat Qol (bSot 33a);
la profecía de las setenta semanas aplicada a Aristóbulo I (Joseph. AJ xiii 11, 1 [301]; BJ i 3, 1 [70-71]) y la alusión mesiánica (Nu 24:17) presente en la estrella de las series reales acuñadas por Alejandro Janeo.
,
tendía a presentar a la familia como la única garante de los
privilegios y de la seguridad de todos los judíos, quienes podrían estar
representados en el Hever Ha-Yehudim (היהודים חבר) o consejo de los judíos que aparece en las monedas asmoneas, según Eyal Regev (2013, 186-199)Regev, Eyal. 2013. The Hasmoneans. Ideology, Archaeology, Identity. Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht.
.
Declaración de conflicto de intereses
⌅El autor de este artículo declara no tener conflictos de intereses financieros, profesionales o personales que pudieran haber influido de manera inapropiada en este trabajo.
Fuentes de financiación
⌅El presente trabajo ha sido posible gracias al Programa III: Ayudas para financiar contratos predoctorales de la Universidad de Salamanca, cofinanciadas por el Banco Santander.
Declaración de contribución de autoría
⌅Sergio Terrón Berrocal: conceptualización, investigación, redacción – borrador original, redacción – edición y revisión.